En los concursos músicales hay una serie de concursantes-perfiles que se repiten edición tras edición. A modo de patrón, esta tipología de concursantes busca captar a la audiencia y ahcer que se mantengan fieles desde el comienzo hasta el final. En esto tienen mucho trabajado los de Operación Triunfo y en Se Llama Copla no se quedan atrás. Año tras año hemos visto como algunos perfiles se han repetido en el Programa, los cuales nos quedaron bastante claros en el Desafío al enfrentarlos entre sí: la guapa (Gema Carrasco, Sara de la Cruz, Nazaret Compaz), la flamenca (María Lozano, Inma del Río, Verónica Carmona), la clásica (Sandra Cabrera, Gloria Romero, Mercedes Ríos), el «estilo propio» (Antonio Cortés, Jonás Campos, Álvaro López), la mujer con caracter (Erika Leiva, Rocío Guerra, Laura María).

En ocasiones, algunos concursantes encarnaban más de un perfil, mientras que otros eran más difíciles de encasillar. Pero el artículo de hoy va sobre un perfil muy concreto, que se ha dado siempre en Se Llama Copla y que es un clásico de todos los músicales. Como tal, no tiene nombre propio (que los hagan los americanos que en eso nos llevan años de ventaja), se suele decir «drama» de manera un tanto irónica, en el momento que con estos concursantes se busca crear expectación y tensión al mismo tiempo, pero vais a entender bien a qué tipología de concursantes nos referimos:

Cuando va a empezar un concurso musical, la productora hace que nos fijemos en una concursante (siempre suele ser una chica): hace ver que canta muy bien, que tiene carisma, que puede arrasar en el concurso y que va a ser una de las favoritas. Dicha concursante siempre llega a la Gala de comienzo del concurso. Una vez allí, se recuerda su paso por los castings y lo mucho que ha llamado la atencion para, a continuación, certificar su entrada en el concurso y… aqui se acaba lo bueno y empieza lo malo: una vez dentro del concurso le hacen todo lo contrario. Si en los Castings tenía todas las cámaras detrás de ella, ahora le hacen el vacío, si antes eran halagos, ahora la machacan… Así hasta destrozarla por completo, en las Galas y en los resumenes hasta, finalmente expulsarla.

Con un ejemplo os quedará claro de lo que hablo: ¿Os acordais de Encarna de OT 5?, ¿Esa misma concursante de Almería con problemas de audición que durante los castings nos presentaron como una clara Favorita del concurso, que llegó a la Gala 0 del programa y la cubrieron de elogios?, ¿Qué pasó con ella una vez dentro del programa? Pues que la pusieron a cantar en Inglés y con Lorena Gómez, la machacaron y la pusieron por los suelos y, después, la convirtieron en primera expulsada. Y eso que según todo el mundo prometía mucho.

Pues en Se Llama Copla también ha existido este perfil. Con mayor o menor intensidad (o fidelidad al patrón) hemos podido ver esta historia en cada edición.

1ª Edición: Paqui Torres. La primera concursante con la que ocurrió fue la Malagueña Paqui Torres: empezó bien en el programa, cantó verdaderos coplones en todas sus Galas y no estuvo mal valorada. El problema vino con la idea inicial de Se Llama Copla y los cambios que hubo en vista del éxito: se pensaba que solo iba a durar 2 meses por lo que el nivel de concursante fue muy alto desde el principio (7 de los 10 concursantes iniciales llegaron a estar entre los 11 finalistas) habiendo pocos concursantes «de relleno». Esta doble situación, unida a la de gente que se presentó a los Castings en vista del éxito del programa, convirtió a Paqui Torres en la primera expulsada «real» (Joana Jimenez entró por el abandono de otra concursante) frente a Mari Carmen Abad.

2ª Edición: Antonia Gómez. Un caso de superación personal, una mujer de cierta edad, una buena voz y un buen argumento para alimentar los castings y las esperas. Se puede decir que Antonia Gómez cumplía todos los requisitos para este perfil y así hicieron con ella: el requisito para ser la que destaca al principio no es tanto la voz sino el juego que das. Y eso hicieron con Antonia: destacó al comienzo pero la mala suerte se cebó con ella y apenas duró 2 semanas ya que Gloria Romero la esperaba en el Reto. Eso sí, el programa se curó en salud y le dio una segunda oportunidad en el Desafío que ella supo aprovechar a la perfección.

3ª Edición: Carolina Barroso. Con la «carrerilla» tampoco se quedaron atrás. Eva González la presentó como una sustituta de Erika Leiva y Rocío Guerra y el jurado le dio el pase de concursante sin duda alguna. Su marcada personalidad, su desparpajo y su estilo la hicieron llamar la atención, pero fue poco valorada por el Jurado ya en los Programa y, gala tras gala, estuvo en el punto de mira, e incluso fue cuestionada su naturalidad. Para más in-ri el día de su última Gala la esperaban Maricrú y Sandra Arco. Al igual que las otras concursantes de las que hablamos hoy, su experiencia como cantante previa al programa ha hecho que no se haya venido abajo y que haya sabido aprovechar muy bien la experiencia.

4ª Edición: Marisol Delgado, Mariló Ruiz, María José Aguilar. En la presente edición hemos tenido hasta tres casos. Marisol parecía que apuntaba maneras con un estilo personal pero fue candidata al Reto hasta ser expulsada. Mariló también parecía que empezaba bien con el Jurado y tuvo un par de polémicas que la hicieron resalta, pero tampoco tardó en ser expulsada. El caso de María José Aguilar es aparte: dejando a un lado lo que ha pasado, a María José la presentaron en la Gala de Casting como una de las posibles concursantes más fuertes de la edición, pero a partir de la Gala 1 fue siendo mal puntuada y propuesta constantemente para el reto. No podemos saber como hubiera seguido su paso por el programa, pero a día de hoy, es una de las concursantes más queridas y recordadas de esta edición, porque su sensibilidad y simpatía hizo que cayera muy bien a todos.

Como veis, un perfil de concursante que siempre se da. Ser este concursante no es ni bueno ni malo porque los concursos musicales son «un empujoncito». Tener una buena carrera musical no solo depende de como lo hagas en un concurso.