Los pasados días 25 y 26 de Mayo pudimos disfrutar de dos conciertos de Laura Gallego en solitario en el sevillano teatro de Lope de Vega, acudiendo nosotros al del Jueves 26 con lleno total de espectadores. Antes de realizar la crónica, queremos darles las gracias a los que llevan el blog de Laura ya que, de no ser por ellos, no nos habríamos enterado de dicho evento (tal como ha señalado ruecas en nuestros comentarios).

Dicho esto, la primera conclusión que sacamos al ver a Laura Gallego enfrentándose sola a uno de los teatros de mayor solera de toda nuestra geografía es que ella, paulatinamente, está demostrando que merece ser la heredera directa de Rocío Jurado. Y ya no hablamos de voz, interpretación en el escenario o, incluso, el cierto parecido físico que guardan las dos, nos referimos a esa empatía con el público, esa naturalidad y esa pureza que no ha perdido en ningún momento, a pesar de su escasa edad y de que se le podría haber subido la popularidad a la cabeza. No es así. Laura no para de dar las gracias, de entregarse a su público y ser la misma niña de El Algar que se llevó el triunfo en la segunda edición de Se Llama Copla.

Pero dejando a un lado nuestra vieja reivindicación de que Laura es la heredera de la Mas Grande, vamos a hablar del concierto que tuvo un gran arranque con dos de los poderíos de la Gallego: Mi Niña Lola y Tengo Miedo fueron la primera toma de contacto con un público dispuesto a entregarse durante las dos próximas horas. Cerraba esta primera parte un buen Una Cantaora en el que, sin embargo, pudimos ver otra de las peculiaridades de Laura y es que ella cuando quiere canta como le da la gana, lo disfruta, y deja los tiempos de la orquesta de lado. Este detalle para otro artista seria un fallo de compas, en el caso de Laura no es así, puesto que su naturaleza “indomable” le permite firmar excelentes actuaciones aunque los músicos se vean un poco perdidos.

Ya en la segunda parte se había desvelado una de las primeras “sorpresas” que nos deparaba la noche: los bailarines Pedro y Cristina (que no aparecían en el programa de mano) salieron al escenario mientras Laura se cambiaba de vestuario. En este cuadro pudimos ver la versión más folclórica del espectáculo con Campanero Jerezano, Nardo con Bata de Cola, La Emperaora o Romance de Juan Osuna, siendo este ultimo otro de los momentos magistrales de la noche.

A continuación vino el momento flamenco de la noche iniciado con un soberbio Que No Daria Yo, muy personal y muy juradista a la vez. Después vendría otra de las sorpresas de la noche cuando apareció en el escenario Inma del Rio para cantar junto a su amiga Nostalgia. Destacamos también de estar parte La Salvaora o Separaos y, ya en el final aparecería Pepe el Marismeño para dar otra de las sorpresas de la noche cantando Carcelero junto a Laura y Como las Alas al Viento en solitario.

Ya para el final vino un medley de temas melódicos de Rocío Jurado como En el Punto de partida, Como Yo te Amo, Señora o un genial Como Una Ola siendo este tema (que no sea copla) de Rocío el que mejor interpreta Laura. También pudimos ver su química con Pedro Centeno en la interpretación de En El Último Minuto o el magnífico cierre que supuso Embruja Por Tu Querer (aunque se tuviese que quitar los tacones, que hasta eso se le perdona).

En definitiva, otra gran noche de Laura Gallego y otro motivo más para decir que ella es quien ha nacido para cantar estamos ante la sucesora de Rocío Jurado, pero nunca ante una imitadora porque, además de homenajear continuamente a la Mas Grande, Laura nunca pierde su propia personalidad como artista y eso es lo que le hace grande a ella.