Su nombre ha sido sinónimo de espectáculo, de creatividad, de irreverencia pero, especialmente, de diversión, de disfrutar de tu trabajo y que los demás lo hagan. Javier Mojarro no es el más flamenco pero si es uno de los diseñadores que aporta a la flamenca esa chispa necesaria para salirse del guión de vez en cuando, para tirarse de los pelos y para presentar con un envoltorio a veces canalla, a veces exquisitamente chic, unas propuestas que realmente nunca se salen de madre y finalmente mantienen una línea y una coherencia entre lo que se presenta y el destino que le esperan a las propuestas. ‘Rave‘ no es una excepción, de hecho es una colección en la que sus flamencas siguen siendo suyas y en los que los volantes están más cerca del Rocío que de Espiral. Y esto lo demuestra:

1 Moda por encima de espectáculo. Por primera vez las modelos no tuvieron que interpretar ni salirse de su papel de maniquíes (nunca peor dicho). Todas desfilaron con actitud de modelo noventera, sin apenas concesiones a la expresión corporal, como mucho la facial, y nos vendieron looks que, con la música y con la ambientación, ya lo daban todo. Las gafas, el pelo mojado y los complementos nos terminaron de llevar a ese momento entre que sales de la discoteca y te entregas al parkineo.

2 La colección urbana que la moda flamenca deservaba. Partamos de la base que si alguien sabe marcarse un smash de Rupaul con Azealia Banks, algo de cultura actual (muy actual) tiene. Javier Mojarro vive en el 2019, eso se nota, y la colección parece pensada igualmente para vestir a las divas que se reparten los likes en instagram más irreverentes: las travestis de Drag Race, Rosalía, La Zowi o Bad Gyal deberían ver esta colección si se quisieran dejar caer por la Feria. No es una colección para pseudopijas que posan con las piernas cruzadas, mirando al suelo y creyendo que Asos le hará ser diferente.

‘Rave’ es sobre todo, una colección que hace a la flamenca urbana y viste de flamenca a una mujer que quiere ser la Beyoncé en un mundo de Michelles. O a una mujer diferente, cosmopolita que se invita a introducirse en casetas y fiestas con un estilo que, en la cultura española actual, se está asentado a los sones de C. Tangana o Bad Bunny.

3 …Pero hay sitio para todas. ¡Tranquilidad! A pesar de lo descrito la colección, como muchas otras vistas en años anteriores, tiene una concepción lo bastante estratégica como para introducir la flamenca más creativa junto a diseños que, de manera aislada, servirían para vestir cualquier estilo. Hay faldas 100% ponibles, hay tops para combinar, hay trajes, hay colores muy bien seleccionados y hay ideas que dejan claro que Javier Mojarro sabe a donde tienen que ir los diseños. Casi todos ellos tienen volantes o lunares con destino a las arenas, y eso se deja ver. Que no te engañe el neón: la flamencura está bien cocinada.

4 El homenaje a La Veneno. De manera consciente o no, el final del desfile transformó a las modelos en la simbiosis perfecta entre el transformismo, la feminidad cosificada y el folcloreo mamarracho que sabe reirse de sí mismo. Y efectivamente, nadie como Cristina La Veneno supo representar ese cóctel estilistico que ella misma convirtió en icono de moda sabiendo mutar sus looks de alfombra roja a choni en cuestión de segundos tal como vemos en estas flamencas de tonos flúor.

Nuestra selección: nos quedamos con el traje lila de volantitos, el conjunto de body en tejido reflectante con falda blanca o el dos piezas en negro.

Puedes seguir al diseñador en facebook o contactar con él en el siguiente número: 663193799.

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