Su nombre sonó con fuerza pero tuvo que esperar para conseguir pasar a la lista de diseñadores que, desde 2013, pasean con auténtico orgullo el haber ganado los nóveles de SIMOF. Juanfran Gil Ortiz se une a esa saga de jóvenes creadores que están renovando el traje de flamenca y que encuentra en el almonteño una perfil con un peculiar gusto por lo exagerado y por lo elegante. Sin caer en los barroquismos de ‘Versalles’ o de ‘Ra’ pero con la determinación de consolidar sus ideas, Gil Ortiz se nos presentó con una colección que, a su manera, repite la misión y la estructura que sus predecesores elaboraron en su día:

Si, es la colección para buscar clientela. Una dinámica que se impuso casi de manera inconsciente desde que el premio de nóveles si se traducía en el paso a pasarela profesional es que la primera colección que se presentaba era más comercial o suponía una traducción hacia lo ponible de las ideas que se premiaron junto a otras que muestran a las claras el estilo del diseñador. Y Gil Ortiz ha cumplido: ‘Mía’ es una propuesta donde se unen varias ideas que buscan mostrar al público que esas formas exageradas también quieren pasearse por la Feria o por el Rocío, todas ellas con el nexo común de ese punto chic que no olvida lo costumbrista.

Un desfile del revés para que el espectador entre en materia. Del negro al blanco y del estilo más elegante a lo más clásico. Gil Ortiz ha sido de los que ha apostado por darle la vuelta a la escaleta típica de un desfile y ha elegido empezar por lo que se presupone que se deja para el cierre y viceversa. El resultado quizá permite ver con mejor perspectiva sus intenciones: comienza con diseños que el espectador entenderá y descifrará fácilmente y que permiten intuir su ideario para ir poco a poco, conforme avanza la colección, dejando clara su visión personal a la vez que vemos referencias a sus dos colecciones previas (plisados, estampados, volúmenes en mangas, mikados, etc). O tal vez él quiera que nos fijemos más en esa segunda parte colorista que en la primera.

Referencias al Rocío: pocas pero marcadas. Gil Ortiz pasa también a engrosar la lista de diseñadores procedentes de Almonte que desfilan en SIMOF con una colección que, obviamente, mira más hacia el mercado de Sevilla que al propio que genera el Rocío. No lo ha olvidado como tal y se podría denotar así en algunos diseños pero, como en todo, la mayoría de trajes se antojan más para un miércoles de salida o un sábado de aldea que para un camino en sí.

La ausencia de volúmenes, de hecho, se ha reservado para los trajes que cubren la cuota de esa moda de fiesta aflamencada que invita más a una Feria que a un fotocall.

Lo añejo también puede ser maxi. Hacia el final de la colección se ve un punto interesante que bien podría haber ocupado más espacio en el desfile o bien es un experimento que esperará la respuesta del público: Gil Ortiz transforma tres hechuras que una sevillana dirían que son muy clásicas y las amplifica en volumen hasta dar con faldas y mangas XXL que suponen una vuelta de tuerca al traje hecho por/para pijas lacias clásicas. Hasta el mantoncillo y el color dejan claro que los diseños partían de ese concepto cuasi rancio que aquí se lleva a ser más moda y con más carácter.

¿Qué vendrá luego? ‘Mía’ es la colección que viene a aligerar un poco la intensidad de las dos colecciones de novel con la que conocimos a Juanfran. Al igual que en las anteriores, la variedad de colores, la elección de tejidos poco flamencos combinados con algunos más básicos y ese aire preciocista complementado con grandes volúmenes son las bazas con las que juega el diseñador. Y este año será el de ver cuales de sus ideas se consolidan entre el público y cuales se quedarán para otro momento.

Nuestra selección: nos quedamos con el traje rosa y rojo, el de largo midi y el blanco de lunares verdes.

Puedes contactar con el diseñador por instagram.
Gil Ortiz tiene su colección en Sevilla en Flamenca by Cobbo, C/ Chicarreros 2.
Este sábado 23 de marzo la mostrará al completo en un showroom exclusivo en ese espacio.

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