Su llegada a We Love Flamenco fue en 2016 y casi de rebote buscando un hueco. Ahí se vio que no venía a jugar sino a destacar y fue con apenas 10 trajes como su nombre sonó por derecho propio en la pasarela. Al año siguiente transformó su desfile en un show, una dinámica que quiso mantener en 2018 pero que ya en 2019 se suavizó en favor de que su trabajo como diseñador destacara más en el desfile. ‘Rave’ fue el punto de inflexión de un Javier Mojarro que en este 2020 vuelve a darnos un desfile donde todo el protagonismo se lo llevan sus bocetos pero en el que, a pesar de todo, no olvidamos que estamos ante un creativo que sabe mantenernos con toda la mirada puesta en la pasarela por la que deambulaba Juanita Calamidad. Y así lo hizo:

Diamonds. Cuando en 2012 la cantante Rihanna lanzaba el adelanto de su séptimo disco sorprendió y convenció a crítica y público por optar por un medio tiempo. Ella venía de reventar listas de éxitos con ‘Only Girl’ y ‘We Found Love’, primeros singles de sus anteriores álbumes, pero no habría un tercer trallazo con el siguiente. Y es que a veces calmarse funciona, más cuando pasas de lo frenético a lo sereno pero siendo siempre uno mismo. Y Juanita Calamidad es tan Javier Mojarro como la Juana de hace dos años. Una es la adolescente con ganas de comerse el mundo, otra ya se lo ha comido y prefiere digerirlo lentamente.

La colección Camino que llegó en el mejor momento. Ser de Huelva y tener al menos una colección dedicada al Rocío es lo mínimo que se despacha en moda flamenca. Casi todos sus compañeros tienen una en su haber, e incluso ‘Kalahari’ se podría considerar como tal, pero preferimos pensar que será ‘Calamity Jane’ la aportación de Javier Mojarro al Camino en cuanto a diseño. Una propuesta en la que destacan mucho los cortes oversize y que bebe de la visión actual del oeste americano, de la cultura country más influida por el pop reciente y del carácter urbano que Mojarro ha sabido trasladar a sus ideas.

No estaría de más recordar los visuales que se proyectaron en el desfile (que junto a los trajes) nos recordaban que el Country es un género asociado a los Estados Unidos más rancios o a la América profunda, de la misma manera que la flamenca aquí se sigue asimilando a la España antigua. Y en ambos casos, tanto el country como la flamenca se han actualizado y han dejado de ser propiedad de unos cuantos para ser patrimonio de toda una sociedad que los reinterpreta e innova con ellos a su manera.

Paleta de colores no convencionales pero con mucho toque. Ni el rojo, ni el verde, ni el azul, ni el coral empleados aparecen en su tonalidad primaria, pero sí lo hacen con un filtro que se identifica facilmente con la inspiración, nos lleva a ella y se termina de apreciar como de lo más atractiva. A ello ayudan también unos estampados que son parte de cada diseño y cuyas formas son clave para definir varios de los bocetos.

El traje por encima del desfile. En ‘Rave’ llamó la atención que las modelos desfilasen sin hacer nada más que ir por la pasarela. Era la forma de ver el trabajo del diseñador por encima del show. Aquí se repite la mecánica de manera muy acertada hasta el punto de que en este desfile lo primero que hemos visto en la más que notable facturación técnica de costura, patrones y estilismos hechos para venderse y, después, hemos situado el contexto. Un todo muy cohesionado que también le da a Mojarro su colección más enriquecida.

Y sí: hubo show. Parecía que no, pero sí: Javier Mojarro no podía finalizar su desfile con su buena dosis de diseños hechos para pasarela, que se dejaron para el final y que venían precedidos por unos trajes pensados para las flamencas más sensuales e irreverentes. Un fin de fiesta con el estilo más personal del diseñador que puso el broche a una colección que marca un camino más que interesante.

Nuestra selección: nos quedamos con el conjunto de falda y camisa del comienzo, la bata de lunaritos (¿Se han fijado en como está hecha realmente?) y el conjunto de estampados paisley.

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