Se ha ido pero no queda muy lejos. No está entre volantes pero sus colecciones actuales los llevan junto a flecos, flores y una invitación a vestirse del sur. Cristina García supo que su camino seguiría fuera de las pasarelas pero muy en paralelo al momento que vive la moda flamenca, abriendo nuevos lenguajes y permitiendo desarrollar una creatividad que se resume en los nombres de sus colecciones: lo suyo es Irreverente y Folklore puro. Dos bastiones de su estilo que siempre han ido unidos y que jamás han olvidado de donde viene.

Un origen vestido en volantes, tules y organdil que durante un lustro marcó la pasada década en SIMOF y que ahora ella misma no olvida y lo vuelve a hacer colección. ‘El último baile‘ no es un adiós pero tampoco es un regreso. Es una colección cápsula que la diseñadora ha querido hacer para sacar afuera algunas ideas y para poder poner por delante a su clientela lo que ella vestiría en el albero. García ha reconocido que, aún no siendo su tarea principal, la flamenca a medida sigue ocupando espacio en su agenda durante la primavera, por lo que este ‘baile’ se entiende como una invitación a quienes confían en ella.

Y el reclamo de la misma no se esconde ya que, en esencia, es el estilo García: flamencas opulentas, inspiradas en la corrección parisina y el descaro neoyorquino, jugando a ser esas chicas buenas que van a su baile de graduación (flor en la muñeca inclusive) pero que quieren ser esa mujer que abraza la mayoría de edad. Un leitmotiv genuinamente americano para unas flamencas donde los ochenta y primeros noventa se dan la mano para danzar a su manera y en los que el resultado no tiene miedo a ser kistch o a parecer hortera.

Así se conforman 12 salidas donde Cristina García recuperaba los volantes en pequeñas dosis, la suficiente para no alterar el ritmo de una firma que ahora mismo tiene puestas sus miras en otras ideas que, repetimos, tampoco nos suenan tan lejanas.

Ahora bien, ¿Cuándo veremos de nuevo a Cristina en SIMOF? Pues para eso todavía queda bastante. Me atrevería incluso a decir que viviremos antes la edición 30 (en 2024) que su regreso. Para ver de nuevo a Cristina García en Fibes hacen falta varios ingredientes que ahora mismo no tenemos. El primero (y el más importante) que ella tenga una idea y un proyecto preparado que le apetezca hacer de verdad, que le dé para hacer un desfile completo, que se sienta cómoda planificando esa colección y su colección de fiesta y que el resultado solo pueda verse (y entenderse) en un viernes noche de SIMOF. El segundo es que tal vez haría falta un cambio generacional y de tendencia que aún no se ha dado: hace falta echar de menos a la diseñadora, pero su legado, sus ideas, permanecen y en la cabeza de muchos estará el querer ver algo nuevo. Por eso no es el momento de verla en SIMOF, porque un regreso de Cristina García debe ser rotundo e inesperado como ‘Sexo, Moda & Rock’n’Roll’, emotivo como ‘Contigo’ y fresco como ‘Silencio’. Y para que todo eso cuaje y se dé, una colección de regreso necesita su tiempo y aparecer porque se quiere hacer, no porque se necesita.

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