Todos los que conozcan su trayectoria habrán visto como Antonio Gutiérrez le ha perdido el miedo al escenario. O más bien nos ha demostrado que nunca lo ha tenido, porque sus colecciones de flamenca no son solo un despliegue de creatividad donde se coquetea con tantos estilos como flamenca puede haber en una Feria, también son ese punto y aparte donde la mayoría de los presentes disfrutan como marcianos enanos de su posición.

Tras haber avanzado en 2018 que su camino iba a entrar en lo kistch sin complejos, ahora llega una invasión flamenca donde se demuestra que todo aquello que os sonroja ha aportado más que el soporífero o correcto buen gusto. Y como muestra, ahí van cinco botones:

El público paga una entrada y hay que corresponderle. Antonio Gutiérrez se lo pone cada año más complicado a sí mismo, porque nos ha acostumbrado a que su desfile sea un show, un espectáculo donde moda y puesta en escena van de la mano y donde al público se le impresiona con volantes, con la actitud de las modelos y con todos los aderezos que un sitio, como es el auditorio de Fibes, le permite. Con eso la entrada ya está amortizada, ya que en poco más de 20 minutos hemos visto una representación casi teatral donde apenas se nos ha dado descanso y donde siempre queremos más. Y ese más es el año que viene. Antonio es quién ha decidido marcar su ritmo, de él depende querer seguirlo, obviamente.

Del cartón piedra del cine de barrio español a la serie Z norteamericana. El encanto de Flamenca Invader está en como se ha tomado lo cutre y se ha transformado en fabuloso. Cultura trash de toda la vida. Tomando el cine folclórico de dudosa producción (porque no todo eran joyas con Carmen Sevilla) y las películas de marcianos cuya edición y efectos especiales eran más falsos que la mitad de los unboxing de instagram, Antonio nos trae a flamencas setenteras que hacen las veces de chicas populares de instituto yanki para dar paso luego a la invasión marciana y acabar con unos diseños que visten a las flamencas de Barbarella (cuando no de participantes de Rupaul’s Drag Race).

Sin miedo a lo hortera. Con todo lo que llevamos escrito… ¿Alguien duda que se haya tenido miedo a parecer hortera? Claro que no, pero el secreto está en no tomarse demasiado en serio y en tener una cultura audiovisual realmente amplia o con perspectiva. Además de un buen presupuesto y de un equipo que sepa resolver con solvencia todas las ideas. A Antonio Gutiérrez le acompaña la creatividad, pero también un grupo humano que hace que esté todo tan perfectamente rematado e hilado, que hace que sea imposible decirle nada a lo que trae al escenario. Y si algo hemos aprendido de movimientos contraculturales o de artistas que han hecho de la provocación su estilo de vida es que no es lo mismo ser una mamarracha que hacer un mamarracho. Y Antonio es una mamarracha de las buenas. Eso, por suerte, lo sabemos los que lo descubrimos desde que llegara como novel.

Explosión de color en consonancia con la explosión de diversión. Mirando solo los trajes, queda claro que las clientas de Antonio han aceptado el contrato que supone vestirse de él y pasan por un aro que este año se viste de tonalidades flúor, combinaciones cromáticas contrastadas, tejidos poco convencionales para flamenca y muchísima geometría en patronajes, texturas o estampados. Lo suficiente para que el conjunto sea atrayente y luego pase directo a la Feria.

Y si, es moda flamenca. Si, todos hemos visto a Raquel Bonilla con un body o a las modelos pintadas de verde, pero miren más allá, miren la colección entera, observen el contexto en que se produce cada imagen y se darán cuenta que después del espectáculo lo que queda es una colección de trajes coherentes con su temática, cohesionados con el estilismo planteado y, sobre todo, muy pensados para una flamenca que crece, evoluciona, y quiere ser elegante a la vez que irreverente (es lo que ocurre cuando lees el titular y no la noticia). Además, la moda flamenca es sinónimo de divertirse, de pasarlo bien o de disfrutar y si eso no sabemos venderlo en los traje o en los desfiles… mal vamos.

Nuestra selección: nos quedamos con el traje rojo de lunares blancos, el celeste con la estrella o el de rayas doradas y negras. Que cada flamenca escoja bando…

Puedes contactar con el diseñador a través de Instagram.
Antonio Gutiérrez tiene su tienda en Granada, Avda. Andalucia 7 Edificio Marte Local 1.
Contacto: 616571953

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