Siguiendo un calendario que este año ha dado más espacio a la temporada y, a la vez, ha permitido que haya más pasarelas y citas con la moda flamenca, nos plantamos en Almonte. De nuevo en el Ciecema pudimos disfrutar de una edición de D’Flamenca Doñana que vino a confirmar las bases que ya se asentaron en 2018 y que confirma, desde luego, que el Rocío y su idiosincracia para con los volantes merece tener un espacio propio. 3 jornadas intensas con casi 30 desfiles y muchas flamencas de romería (o no de romería) con mucho que decir tal como vimos en la tarde del viernes con Cristo Bañez o en la del sábado con los más de 10 desfiles que llenaron ese día:

Cristo Bañez abrió la pasarela en solitario en la tarde del viernes con ‘Influencia‘ donde estaba acompañado, eso sí, de amigas e influencers que abrieron y cerraron un desfile en el que vimos el estilo del Almonteño en estado puro: flamenca de camino con detalles creativos, estilismo marcado y varias ideas que nos recordaron su buen hacer con la moda para romerías que tan buen fama le dio.

Pilar Vera iniciaría el maratón de desfiles de la jornada del sábado con una nueva visión de su propuesta 2019. ‘Y Sevilla se va al camino‘ fue un desfile donde vimos sus ideas ampliadas y muy enriquecidas, poniéndose un enfásis en la flamenca de romería que, desde luego, habría que tener muy en cuenta.

Lourdes Montes llevó por primera vez su firma ‘Mi Abril‘ a una pasarela profesional y dejando claro que su estilo sin apenas volúmenes y con tejidos o hechuras de aspecto liviano entrocan mejor con la filosofía de un Rocío que de una Feria.

Desde Pilas Arte y Compás presentó un año más una colección donde vimos esa querencia especial de la firma por el Rocío con unas flamencas que empezaron siendo de camino para dar paso luego a volantes más sugerentes o pensados para un sábado de presentación.

Creaciones Pinedosa puso la nota diferente con un desfile exclusivo de complementos con mantoncillos de grandes flecos, abanicos y ramilletes de flores que mezclaban diferentes colores.

Rocío Martín saltó de su Jerez natal a Almonte con su flamenca intacta: romera jerezana de camino, muchos volantes, muchos tejidos ligeros y trajes con una cuidada selección de estampados hechos para ese camino que, precisamente, tiene el Coto de Doñana como protagonista.

Miriam Galvín llevó de nuevo su colección ‘Eterno’ a la pasarela con una novedad que llamó la atención: los tops o partes de arriba de flecos esta vez llevaban la voz cantante dando, junto a las faldas con volumen, una combinación muy interesante para esta temporada que, recordemos, empezará en Mayo.

Al igual que el año pasado, Ana Morón aprovechó el desfile en Doñana para ampliar su colección y darnos un pase donde su flamenca se transformaba para el camino o daba detalles nuevos en el que la profusión de ideas daba paso a diseños más relajados y sencillos donde los estampados se imponían en el diseño final.

Atelier Rima recordó de nuevo su inspiración y sus volantes dibujados a partir de la historia de los últimos Zares de Rusia, con una rica selección de tejidos, texturas y mucho colorido para faldas canasteras, escotes marcados y mangas o blusas que llevan el sello de Rima.

Manuela Martínez confirmó en su propia tierra que ‘Safari‘ era una colección que estaba hecha para lo que estaba hecha: para el Rocío. Que no les despiste ni el estilismo ni la música: la colección, al completo, es puro camino con personalidad y elegancia.

Luis Fernández debutó en Doñana con un desfile que mostraba otra faceta del diseñador pero en el que permanecía intacta la elegancia y el aire chic que casi siempre acompaña a cada una de sus creaciones. ‘Bodión‘ fue, sin duda, la respuesta en clave de camino a la opulencia comedida de su flamenca de Feria.

Antonio Gutiérrez también debutó con una colección concreta de camino donde, al igual que su compañero de desfile, su estilo permanecía fiel a si mismo: flamencas diferentes, aires urbanos y modernos, estilismos recargados pero con todo en su sitio y… la sensación de que el show debe ser un show allá donde sea el desfile.

Gil Ortiz volvió a desfilar su colección ‘Mía’ en Almonte tras haberlo hecho en SIMOF incorporando, como la mayoría de diseñadores, las ideas para el camino, subiendo los talles a las cintura, reduciendo el volumen en faldas pero dejando las partes de arriba con los volantes bien armaos.

Alonso Cózar cerró la intensa jornada de sábado con un lleno absoluto y con ‘Zingarella’, su propuesta que ya hemos podido conocer, pero con algunas salidas nuevas, todas ellas en conjuntos de dos piezas y con un estilo que sabía fusionar la idea de la colección con las faldas y los lunares del camino.