en el que, suplicantes,
nuestras voces te llaman…
… Desde un rincón que muchos llaman Pureza. Pureza de blanco, de azahares, de flores de cera, de enaguas y de volantes. De verdad y de genesis. De comienzo en un lienzo en el que pintar y dibujar cada uno de nuestros sentimientos.
dulcísima Esperanza,
siempre Virgen María,
luz que guía a Triana…
… En la que se para el tiempo, en la que el amarillo se torna más cálido, en la que el dorado envejece, en la que celeste inunda desde el río la mañana de viernes más gloriosa, en la que las canasteras que llenaron sus calles de luz y alegría también lo hicieron de rezo y devoción.
¡Oh Misericordiosa, vuélvenos tu mirada
y lleva nuestro barco con brisas de bonanza
a Jesús, navegante de tu divina entraña!
Con la unión de la sangre y la pasión, con el rojo y el morado del que florece un nuevo caminar tras la tercera Caída, con el eterno ejemplo de que solo la pureza de nosotros mismos, de quienes nos rodean, de quienes nos aportan verdad y alma a nuestra vida merecen estar en ese recorrido.
Eres Tú nuestra Vida,
eres nuestra Esperanza
y a tus plantas, Señora,
se arrodilla Triana.
Y por eso de tu Verde Esperanza se viste el homenaje, la inspiración, el respeto y la emoción. Porque de la Pureza del blanco que abría este canto brotaban los colores que pregonaban la Pasión hasta tornarse en ese verde aterciopelado que siempre te acompaña. El mismo verde que llena Triana a tu regreso esa mañana de viernes, el de dos miradas complices que se cruzan a través de un antifaz, llenas de cansancio, pero también de felicidad, el de un final que por más que lo conozcas siempre es diferente. El de todas aquellas personas que viven, sienten y se dejan el alma y el corazón en aquello cuanto les ocupa.
Eso es Pureza. Algo que no se ha tomado a la ligera. Una reflexión en 20 pinceladas en las que Javier García ha afrontado con amor y con cabeza cada instante que acompañaría a sus nuevas creaciones. Una obra exquisita que llega en un momento de madurez plena y en la que el niño se ha hecho hombre hasta entregarnos una propuesta de belleza intachable y en la que la Semana Santa y la Esperanza de Triana se evocan de manera elegante, con mucho mimo y creando formas que se incorporan a su universo creativo que ya brilla con luz propia en la moda flamenca.
En líneas generales: Javier García alcanza la madurez como diseñador con una colección en la que afianza su gusto por determinados colores, por el uso de lisos y por la búsqueda de pequeños detalles que, desde una aparente sobriedad, hagan única a su flamenca.
Destacamos: que si algo estamos aprendiendo este año, es que la Semana Santa hay que llevarla a la moda flamenca con cabeza y con una frialdad que no busque recursos fáciles para llamar la atención.
Nuestra selección: nos quedamos con los dos trajes en morado y rojo así como con el de rayas verdes y blancas con volante de capa.
Puedes contactar con el diseñador por Facebook.
Javier García tiene su tienda en Calle Rioja 25, Sevilla.
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