Tras un sábado formado casi en su totalidad por la veteranía de la flamenca, el domingo volvía a dar el cierre de We Love Flamenco con esos diseñadores jóvenes que, a pesar de su corta trayectoria, quieren hacerse notar en el mundo de los volantes. 7 desfiles en los que además de destacar los diseños y las colecciones, tenemos que reseñar en particular el gran trabajo realizado durante toda la jornada por el equipo de maquillaje y peluquería con unos estilismos de pasarela y acordes a las propuestas y en los que los complementos florales se hicieron notar en más de una colección que os resumimos a continuación:

Lucía Herreros, ‘Sentir’. Si algo debemos agradecerle a Lucía Herreros es que no haya tenido prisa: dos años como novel, dos años en Viva by WLF y, en esta quinta colección, debuta en We Love Flamenco. Los caminos a veces no son rápidos y hay quienes necesitan su tiempo. Lucía ha sabido aprovecharlo hasta llegar a ‘Sentir’, un desfile que recuerda diferentes momentos de su trabajo previo, con cierta querencia por colores e ideas que recuerdan el mundo rural. Un modesto pero interesante punto de partida en el que Herreros se reafirma a sí misma y que será muy interesante de ver como evoluciona.

Ventura, ‘Blagostobo’. Su nombre ya es uno de los propios de We Love Flamenco, uno de los desfiles de referencia de la pasarela y su nueva propuesta confirmaba lo que es lo que será la flamenca de Ventura: una mujer de hechuras, patrones y volantes con un profundo respeto por los cánones clásicos, pero con un estilo, un rollo y un diseño de estampados, coloridos e ideas que la modernizan y le dan entidad propia sin efectismos y dándole bastantes vueltas a lo que ya hay para buscar formas nuevas en moda y en flamenca.

Daniel Robles, ‘Silencio Amargo’. La Sevilla convulsa de los años 30 marcó la colección con la que Daniel Robles parecía querer salirse de su zona de confort a través de un discurso interesante en cuanto a cómo se vio en pasarela y al paralelismo que se marca con la época en que se inspira: de un comienzo que realza la belleza de su flamenca más propia a un caos en forma de estampados, cortes y colores para terminar de nuevo con un resurgir o tiempo nuevo donde se dan la mano el Robles de siempre junto a ese que otro que pidió paso en el desfile. Un aviso a navegantes con el que el diseñador nos deja con bastantes ganas de más.

Manuela Martínez, ‘Tradición’. Su llegada a We Love Flamenco fue uno de los conceptos y desfiles que marcaron la anterior edición, pero ahora la diseñadora almonteña ha dejado aparcado ese estilo en favor de una colección hecha por y para un pueblo que está en un año especial, con la Virgen del Rocío en pleno corazón de Almonte. El resultado deja algunas ideas que de manera aislada funcionan muy bien, pero al conjunto en general le falta la rotundidad y la fuerza con la que pisaron la pasarela en ‘Safari‘.

Javier Mojarro, ‘Calamity Jane’. Calmado cual desierto. Javier Mojarro ya prescindió del exceso de show en su anterior colección. Una transición que nos trae a una Juanita Calamidad donde la inspiración del oeste americano viste a unas flamencas con las miras puestas en la romería y con el perfil del diseñador muy pulido, los estilismos muy bien rematados, la elección de colores exquisita, los trajes en armonía y, obviamente, un par de diseños para no olvidar de quién es el desfile que estamos viendo.

José Manuel Valencia, ‘Muy yo’. Reivindicativo y sin medias tintas: muy él era la colección. El joven creador de Rociana es un apasionado de los volúmenes, de los colores con fuerza, de los encajes, de los detalles que coquetean con el barroquismo y de las flamencas que no pasan desapercibidas. Con alguna salvedad, su debut en We Love Flamenco (tras dos años en Viva by WLF) se salda con un acertado refinamiento de sus ideas que se traduce en una declaración de intenciones de qué hace y qué es lo que nos hará ver.

Laura de los Santos, ‘Boga’. En los muchísimos debates que ha habido sobre dónde está la frontera del traje o de la moda flamenca, mi respuesta siempre ha sido: al final el traje tiene que saber integrarse en una caseta o en una reunión de romería. Casi todos los trajes de ‘Boga’ cumplen de manera más o menos estandar este precepto, pero hubo algo que faltó: flamencura. Laura de los Santos irrumpió el año pasado con una propuesta maravillosa que sabía renovar la moda flamenca, pero esta segunda colección urbaniza en exceso los volantes, los lunares, las flores o los detalles, haciendo que pierdan el matiz flamenco que se le presupone a lo que desfila en esta pasarela. Es obvio que a nivel técnico los estilismos están perfectos, pero un poco más de flamencura que integrase el concepto no hubiera estado de más.

Y así se cerraron 6 días de moda flamenca con We Love Flamenco y Viva by WLF. Casi una semana de tendencias, moda, flamencas, tradición, modernidad, atrevimiento y muchísimas firmas buscando su sitio en la temporada que ya está rodando. De nuevo os la hemos podido contar en CayeCruz y de nuevo le damos las gracias a todo el equipo y familia de Go! Eventos y Comunicación, con Laura Sánchez y Javier Villa a la cabeza, por estos días de pasarela en que os hemos podido llevar las casi 40 colecciones que desfilaron. We Love Flamenco acaba… pero ahora empezaremos con sus colecciones a título individual.