Poner en valor la costura y la condición de trabajo artesanal de la moda flamenca en un entorno y en un desfile que evoque esos primeros momentos de las grandes maisons de la moda. La asociación Qlamenco repitió esquema respecto al año pasado con su desfile anual: el céntrico Hotel Colón, sin pasarela, con flamenco instrumental, con las modelos haciendo un recorrido circular muy próximas al público y con expectativa de ver, por un lado, posibles adelantos de las colecciones que llegarán en apenas un mes, junto, por otra parte, disfrutar de trajes realizados especialmente para la ocasión en los que se intentó unir técnica con diseño.

De todo lo visto hay muchas cosas qué comentar. Por ejemplo: las incorporaciones. Si bien en Qlamenco están presentes la gran mayoría respecto al año pasado, no son pocos los diseñadores que se han unido a la idea de Pedro González. Este ir y venir, eso sí, no evitó comparaciones entre el año pasado y este. Lógicamente en una segunda edición se pulen muchas cosas, se perfeccionan otras, se añade, se desecha o se aprende directamente de lo precedente. Y aquí se ha aprendido: la sensación general fue de haber visto un trabajo mejorado a todos los niveles.

En lo individual, si tuviéramos que hablar de un triunfador, no sería otro que Luis Fernández: el extremeño como tal no ni el más mediático ni el favorito de las cuentas de instagram, pero su facturación a nivel costura y patronaje es siempre impecable y a ello se añade un (buen) gusto personal a la hora de tratar la moda que, si bien no se sale excesivamente de lo clásico, es suficiente para que sus creaciones se vean frescas y originales, y eso lo vimos de nuevo anoche. También resultó bastante interesante el diseño de la casa Foronda que, en vez de envolver a la modelo, hizo un traje de corte muy gitano valiéndose de sus dos grandes bazas: el mantón de manila y el enrrejado. José Galváñ jugó con el estilismo hasta dar quizá la propuesta más de pasarela, pero su conjunto, sin aditivos, nos da la mejor versión de un diseñador cuyas buenas ideas a veces quedan sin merecerlo en segundo plano. Carmen Vega, por su parte, apostó por un blusón con una estampa de la costa griega en lentejuelas que despertó mucha curiosidad entre los presentes. Algo más clásico y con dos piezas que suelen dividir al público (como son los perforados o los pasacintas), Antonio Gutiérrez puso volantes a un traje con un perfil más costumbrista en consonancia con esa parte setentera que vimos en sus últimas dos colecciones.

Fieles a su estilo fueron las siluetas de Francisco Tamaral, Javier García, Atelier Rima, Loli Vera, Yolanda Rivas, Ana Morón o Pedro Bejar mientras que Adelina Infante o Miriam Galvín debutaron en el tapiz de Qlamenco con sendos trajes que venían a resumir las ideas propias que cada una ha trabajado esta temporada. Agustín Roiz y Benjamín Bulnes pusieron su toque poniendo en valor el trabajo artesanal de los complementos en dos creaciones donde, como se esperaría, el traje sería el acompañante y no al revés.

En total 16 diseños de esta asociación creada por Pedro González, que busca elevar la categoría de la flamenca y que ayer, como no podía ser de otra forma, nos metió en el cuerpo las ganas de moda flamenca (y pasarelas).

Adelina Infante

Agustín Roiz

Ana Morón

Antonio Gutiérrez

Atelier Rima

Benjamín Bulnes

Carmen Vega

Francisco Tamaral

Javier García

José Galváñ

Foronda

Loli Vera

Luis Fernández

Miriam Galvín

Pedro Bejar

Yolanda Rivas