¿Qué puede salir mal en un desfile que comienza a los sones de ‘Te estoy amando locamente’? Os lo digo desde ya: Nada puede salir mal. El himno de Las Grecas es historia pura de nuestro folclore, un hit y canción a reivindicar que no suena tanto en desfiles de flamenca (¡Cuando debería!) por miedo a caer en lo hortera. Cuando más hortera y menos auténtico es escuchar a una imitadora de India Martínez aflamencar el último éxito de Cadena Dial.
Señalamos la importancia de la canción porque ese comienzo épico fue el que presentó la propuesta principal de ‘Mis Quereles‘: María José Blay acertó de pleno con un principio de colección puramente rociero y puramente setentero, hasta el punto de que los estilismos en sí no eran una actualización, sino una visión fidedigna de lo que sería una salida de Hermandad hace 40 años. Flamencas de camino, de días de mayo con calor, de estilo gipsy y su poquito de toque kistch en el estampado de lunares y la elección de colores jugaban a favor. Todo ello sumaba y ponía sobre la pasarela una propuesta redonda y que demuestra que a la diseñadora coriana le sienta como un guante la flamenca de Rocío. Aunque esa flamenca vaya con peto vaquero en vez de con traje de volantes.
Ese inicio que marca ‘Mis Quereles’ (y que debería haberse extendido en toda la colección) sigue después con una flamenca más de Feria, más nocturna, donde de los gitanos años 70 se pasan a los opulentos años 80, mirando de reojo el estilismo de las folclóricas en mangas y escotes, aproximando un poco el talle a los primeros 90 y buscando con el oro rematar el aire kistch tan acertado que deja entrever la colección. María José Blay ofrece así dos visiones de la flamenca inspirados en dos momentos donde el iconismo gráfico y la importancia del cromatismo y de la plástica (o del color) se aliaron para dar con estilismos clásicos y definitorios de una época.
En líneas generales: María José Blay recorre los 70 y 80 para dibujar una flamenca que recupera lo mejor de ambas épocas y que, manteniendo el punto clásico, sabe dar con el toque justo para no dejar indiferente.
Destacamos: la imagen que encabeza este post es un resumen de lo que deberíamos encontrarnos en el Rocío.
Nuestra selección: nos quedamos con el dos piezas de falda vaquera y top anudado al pecho, el estilismo al completo del peto vaquero y el conjunto de traje negro y torera en blanco y dorado.
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María José Blay tiene su atelier en Coria, Calle Joselito el Gallo 18.
Contacto: 661 42 21 56