Si en 2019 celebró sus 25 años en la moda flamenca, la llegada del 2020 le ha traído a Ángeles Verano una nueva etapa profesional en la que la diseñadora ha decidido presentar a su manera su colección para la presente temporada. Lo hace rodeada de clientas, familia, amigos y compañeros de medios que estuvieron en la Fundación Cajasol no solo para conocer lo que se escondía tras ‘Caminando entre volantes‘, también para asistir a la entrega del premio ‘Flamenca con Arte’ a una Ruth Lorenzo que, como agradecimiento, hizo una más que destacable versión de ‘Sevilla’ de Rocío Jurado acompañada al piano. Ese fue el prólogo de lo que vino después, que no fue otra cosa que una colección en la que Ángeles Verano parecía recuperar el perfil que trazó hace uno diez años y que en las últimas temporadas se había echado en falta. Con un desfile íntegro de trajes de flamenca y con bastantes decisiones acertadas en cuanto a estilismo, elección de colores o lunares, esto fue lo que vimos en el segundo desfile del 2020:

Renovación echando la vista atrás. ¿Recordáis las primeras ediciones de Se Llama Copla en las que cada gala era un auténtico desfile de grandes y muy buenas propuestas? En aquella época, Ángeles era de las diseñadoras fijas del programa y la verdad que veíamos muy buenas propuestas salidas de su taller para las concursantes. Algo de esa Ángeles vimos ayer, en un desfile donde el estilismo clásico completaba una flamenca que se crecía y en los que la diseñadora portuense parecía dar muestras de querer hacer cosas nuevas sin perder en ningún momento su esencia.

Desfile largo pero estructurado. Conocida es la querencia de Verano por hacer desfiles largos. En 2020 al menos lo ha dejado todo bastante atado, con las salidas bien puestas sobre la escaleta, los grupos cerrados y los trajes con coherencia entre sí. A pesar de sus mezclas de colores o estampados, ningún diseño aparece sin venir a cuento, todos se unieron en grupos para dar la foto y, como curiosidad, el desfile al completo eran trajes de flamenca: no hubo nada de fiesta o de inspiración flamenca.

Tejidos renovados para una paleta de color que se mantiene: uno de los motivos de peso por los cuales esta colección puede catalogarse como la mejor de Ángeles Verano en muchos años es que, por primera vez, el muestrario de tejidos empleados se desvincula por completo de los de años anteriores. No hay sensación de que algo te suene ni tan siquiera cuando aparecen los colores fetiche de la diseñadora (como negro o buganvilla). A ello ayuda el uso de unos lunares multicolor de tamaño grande o en diferentes tramas y unos estampados que no entienden de medias tintas: o te encantan o te parecen lo peor.

Compromiso con la clientela. La clientela de Ángeles Verano ya tiene una edad… pero no quiere aparentarla. Viendo los diseños puestos en modelos que rozan la veintena observamos que a muchas de ellas les da un toque de madurez, caso contrario de las invitadas por la diseñadora que desfilaron y que experimentaban el caso contrario: los mismos trajes a ellas las rejuvenecía. Y esto último es lo importante: la propuesta de Ángeles Verano tiene claro a quién quiere vestir y, sobre todo, tiene muy claro cómo la debe vestir: haciendo sentir con frescor y jovialidad a una mujer para la que la edad no es más que un número.

Nuestra selección: nos quedamos con el traje gris de cuerpo de mantón, el morado con madroños o el naranja de lunares negros.

Puedes seguir a la diseñadora y contacta con ella por instagram.

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