Coronavirus. Es la palabra del 2020. La palabra, la pandemia, el desastre. El estado de alarma como consecuencia de la propagación del Covid-19 ha alterado no solo la actualidad, también el día a día hasta el punto de que España se encuentra en cuarentena durante dos semanas. Tiempo suficiente para que la economía se resienta y para que, en el caso de Andalucía, haya varios sectores productivos que están, como se dice coloquialmente, con las carnes abiertas. Las industrias culturales que tienen su campo de trabajo en el folclore del sur ya están así: adiós a la Semana Santa y Ferias aplazadas. Un mazazo para muchas familias que ven en esta época la forma de conseguir un puesto de trabajo que les permita sanear sus cuentas y un mazazo, también para las empresas cuyos números dependen del primer semestre del año.
Por eso, y porque este es un medio dedicado a hablar de moda flamenca, vamos a hablar de como la epidemia del Coronavirus afecta a los volantes. Vaya por delante varias cosas antes de continuar:
- Soy consciente de que la moda flamenca es un artículo de lujo y no un bien de primera necesidad. ¿Qué puede sonar frívolo hablar de esto con lo que está ocurriendo? Pues repito que esto es un medio sobre moda flamenca, no somos La Sexta, y que hay un número grande de pequeños empresarios que tienen que hacer frente a esta crisis y, sí, vamos a apoyarles.
- Habrá quién piense de que no es el momento de hablar de esto, pero no se puede estar de espaldas a la realidad, ni actuar como si no pasara. Esto nos afecta y debemos tratarlo.
- Estamos en cuarentena, quizá sea el momento de que los creadores y medios que difundimos contenidos hagamos algo que viene bien cuando estás recluido: entretener.
Dicho esto, y tras el éxito de la iniciativa de #apoyalamodaflamenca y #cuarentenaentrevolantes que se inició el pasado fin de semana en instagram, vamos a dar cinco preguntas con cinco respuestas sobre esta crisis:
¿Cómo afecta a la moda flamenca la cuarentena? Las consecuencias que el Coronavirus tendrá sobre las economías de las pymes españolas se pueden trasladar perfectamente a la moda flamenca. Hablamos de firmas y negocios formados por pequeños o medianos empresarios, en la que la figura del autónomo es el principal protagonista económico y en el que los planes de marketing brillan por su ausencia ya que los diseñadores suelen vivir al día en cuanto a números.
En el caso concreto de los volantes, esta crisis llega en un momento crítico: marzo es el mes en que terminan las pasarelas y en el que las agendas empiezan a llenarse de encargos. Junto a ellos, las señales, los adelantos o los primeros pagos de los trajes, un dinero que los diseñadores los emplean en pagar a su personal, en hacer pedidos para esos diseños que se les han encargado o en pagar letras o facturas de la época de pasarela que aún no se habían liquidado. No es una ganancia, es una forma de reinvertir. Digamos que estamos en un momento donde se mueve el sector pero con la vista puesta en abril o mayo. Se trabaja pero toda la liquidez que produce ese trabajo es para ir pagando lo que supone afrontar la temporada.
Por tanto, si desaparecen las citas o se congelan los encargos, no entra dinero y no se mueve el sector. Ahora mismo puede que el parón se asuma sin más resentimiento, pero no olvidemos que el 1 de abril hay que pagar facturas, impuestos y… hay trimestral. A eso le añadimos que la clientela no sabe cuándo estrenará traje, pero lo que habrá que esperar para que vuelvan los encargos.
Lo que sí sugerimos desde aquí a quienes hayan hecho encargos o hayan entregado dinero para trajes es que NO PIDAN QUE LES HAGAN LA DEVOLUCIÓN: si no se estrena traje ahora, se estrenará más adelante, pero exigir a los diseñadores (con todo lo expuesto) que devuelvan un dinero del que no disponen les podría suponer una situación dramaticamente complicada.
En el peor de los casos, podría darse el caso de que alguna firma echara el cierre por no poder afrontar esta crisis que quién sabe cómo se desarrollará y cuando acabará.
¿Cuándo veremos volantes por las calles? Con Sevilla ya aplazada, Vejer de la Frontera suspendida o Mairena del Alcor pendiente de un hilo (a la hora de escribir este post no hay pronunciamiento por parte del Ayuntamiento mairenero), muchos piensan que cuando veremos fiestas andaluzas y flamencas. No es porque a los andaluces nos guste el cachondeo o la fiesta, me atrevería a decir que es una cuestión ya psicológica y sociológica: la cuarentena nos obliga a estar recluidos, a no salir de casa y a no disfrutar de una época en la que, por regla general, volvemos a ser más sociales tras los primeros dos meses del año. Cuando esto acabe querremos volver a la normalidad, pero también celebrarlo como se merece. La Feria del Caballo de Jerez se antoja como posible primera gran cita de la temporada. Comenzaría el 9 de mayo, aunque de no ser posible esa fecha, la propia alcaldesa ha manifestado que habrá feria 2020 en otra fecha. La segunda gran cita que permitiría recuperar la temporada parece que será el Rocío cuya fecha clave es el 31 de mayo.
¿Será 2020 la temporada más larga? Si de verdad tenemos no solo la Feria de Sevilla reubicada en Septiembre, sino que a ello se unen otras fiestas, estaríamos ante un reajuste que hace que no se pierda la temporada, sino que los resultados y las ventas se dilaten y se vayan fragmentando en el tiempo. Si hay Feria, habrá ventas. Lo que no sabemos es cuándo se darán las mismas ni en qué cantidad. Lo que sí sabemos es que ningún sector económico se quedará de brazos cruzados cuando esto pase. ¿Tendremos un verano con más volantes en la cabeza? Esperemos que sí…
¿Qué debería hacerse ante una Feria de Sevilla en Septiembre? Llegado el momento habrá que refrescar y recordar todo lo que se vio en pasarela y darle salida a la producción que aún quede en los talleres. Tanto en We Love Flamenco como en SIMOF hemos visto grandes colecciones y un trabajo muy a la altura que merece tener su momento en el albero. La opción pasaría por realizar un evento de carácter simbólico más que una pasarela: un desfile grupal con los diseñadores que tengan su mercado principal en Sevilla o algo que pueda mover un poco de cara a las ventas y, de paso, recuerde que la moda flamenca no solo diseñadores: mucha más gente trabaja en el sector.
¿Qué pasará con la temporada 2021? En la moda flamenca ha costado muchísimo trabajo sacar a los diseñadores del corto plazo y obligarles a pensar como empresarios o planificar a medio plazo. Si actualmente los calendarios de We Love Flamenco y SIMOF estaban cerrados a comienzos de verano, hace unos 7 años se cerraban… en Navidad. Y eso es lo que pasará: habrá que esperar a ver como la Feria en Septiembre incide en las ventas, habrá que esperar a ver como las empresas saldan sus cuentas en esta temporada alargada y habrá que dar tiempo para que cada uno se haga números. Ponerse a organizar las pasarelas en julio en este contexto es complicado, por lo que lo más seguro es que un trabajo que antes se hacía en seis meses ahora deba hacerse en dos. Lo que sí tenemos claro es que 2021 será un año que recuerde a 2012/2013 con unas pasarelas entregadas por completo a colecciones donde, por causa de fuerza mayor, el grueso de diseñadores jugarán sus cartas sobre seguro.