Domingo 13 de septiembre, algo más de las 10 de la noche. Instagram Stories. Termino de publicar las últimas flamencas de la Feria de Lebrija de años anteriores, esas que en la semana pasada deberían haber llenado instagram y esta web y que este año, como todas las demás, se han quedado en el recuerdo. Justo cuando acabé mi cometido de recordar y rememorar cuán prolífica es la moda flamenca en mi pueblo y lo mucho que cuidan mis paisanas sus estilismos, solté el móvil y decidí que ya está bien de recordar.

El recuerdo está bien, pero no es suficiente, no sustituye y, al menos en mi caso y en el de muchos/as, llega a cansar. El objetivo primario de un medio de comunicación, ya sea en su dirección original o en redes sociales, es el de mostrar novedad, el de refrescar sus contenidos con cosas nuevas. En 2020 la única moda flamenca que reviste novedad es la de pasarela, la de Feria o Romería directamente no existe y nos hemos pasado meses y meses recordando, por no querer renunciar a lo que habríamos tenido esa semana y por recordar esas fechas señaladas, algo a lo que la Covid nos ha obligado. Pero el recuerdo no es suficiente. No lo es de verdad. ¿De qué sirve estar recordando y recordando si no sabemos cuándo veremos flamencas de nuevo?, ¿De qué sirve jugar a la nostalgia si solo nos sirve parar mirar al pasado y nunca deja vislumbrar el futuro?

La moda flamenca ahora mismo no puede hacer nada, solo esperar. También recordar, pero es que hasta eso agota porque estar siempre viendo lo mismo hace que pierda su atractivo y porque, no nos engañemos, quién más y quién menos quiere arreglarse, quiere vestirse, quiere sentir, quiere mancharse de albero, compartir jarras de rebujito, socializar como solo se hace en nuestras fiestas, hacerse la foto para instagram e irse a casa con una sonrisa en la cara (parando en los buñuelos o en la hamburguesería reglamentaria antes de ello). Pero no, solo recordamos, y de tanto recordar se produce el hastío y el cansancio de ver una hemeroteca que no nos da para mucho más y que se unen a la resignación que, ya de por sí, tenemos.

Personalmente he de deciros que ha sido un placer recordar 6 años de moda flamenca en la Feria de Lebrija, que esos recopilatorios existen y siempre vienen bien hacerlos… pero cuando estás en puertas de una nueva celebración, no cuando lo haces sin saber si algún día volverá.

Y como eso, casi toda la moda en instagram: recuerdos, añoranzas, positividad impostada y poner tu mejor cara cuando en realidad no quieres recordar, quieres actuar. No nos queda otra que quedarnos en casa, de respetar y cumplir por el bien de la sociedad, pero ello no exime que varios de los actores de un sector tan necesitado de energía positivia y social como la moda flamenca estén cansados además de paralizados y que si al principio el recuerdo era un ejercicio transitorio, ahora se rechaza porque no nos sirve ni para mirar al futuro ni para soñar con ello porque, de momento, la realidad ya se encarga de recordarte (nunca mejor dicho) que aunque me gustes mucho mujer con tu traje de gitana (porque bailando pareces de Triana y hueles a clavel) no hay portada bajo la que pueda verte pasar.