La flamenca de Málaga quiere estar de moda. Desde hace unos años la costa del sol está dejando atrás ese papel secundario (casi terciario) en el sector de los volantes y, poco a poco, va ganando terreno en el aspecto mediático o en el posicionamiento comercial. No es para menos: desde la Romería del Rocío hasta la Feria de Fuengirola, la provincia tiene sus propias citas o eventos donde las flamencas hacen acto de aparición, centrándose la mirada casi siempre en un verano donde la Feria de la capital también está intentando ganar esa imagen costumbrista que aún se le resiste.
La intención de los diseñadores siempre ha estado ahí y el trabajo de muchos de ellos ya se hacía notar, pero ha sido en este 2019 y de la mano de Málaga de Moda cuando 9 diseñadores de moda flamenca (a los que se añade Victoria Real como firma de complementos) se han subido a la pasarela de SIMOF para reivindicar a las claras que sí, que en Málaga también se hace mucha moda flamenca. Ya lo sabíamos, pero quizá era el momento de aprovechar esa invitación de SIMOF para terminar de tomárselo en serio y de demostrar el empuje o el momento clave que se vive allí: están saliendo nuevos nombres, hay marcas o establecimientos comerciales de sobra consolidados y hay, sobre todo, un estilo personal de la costa que el público sevillano no termina de identificar pero allí es lo típico.
Con esos ingredientes se llegó a este desfile donde se vio una muestra de la industria flamenca que Málaga de Moda pretende terminar de impulsar y en el que algunos nombres que ya conocíamos se unían a otros que hasta ahora solo lo eran en su tierra:
José Galváñ. Su colección ‘Torremolinos’75‘ es uno de los claros aciertos de la temporada. Una radiografía de la evolución estilistica de la costa del sol en las 3 décadas del primer boom del turismo y que el diseñador planteó, en un primer momento, con el choque del folclore de los 70 con el boho-chic de las europeas que vemos sobre estas líneas.
Lourdes Paz. Con el nombre de ‘Destino’ y con el tejido denim como principal protagonista, la diseñadora puso por delante una flamenca de corte juvenil y la que le gusta con las partes de arriba: cortes asimétricos, ausencia de mangas o tops propios de moda urbana completaban a sus volantes.
Pilar Arregui. ‘Serendipia’ y ‘Poderosa’ son las dos colecciones que han terminado de configurar el perfil de Pilar Arregui y de hacer que deje de ser la gran promesa malagueña para ser una diseñadora que, más pronto que tarde, se incorpore a la nómina de SIMOF. No es rupturista ni excede en la creatividad pero, desde luego, es de las que sabe qué se debe subir a la pasarela si quieres la foto.
Jote Martínez. Su faceta como estilista permitió contextualizar a sus flamencas que tomaban los colores de la pintura industrial o de los spray para grafitis. El resultado buscaba hacer de lo clásico algo muy moderno y hacer ver que sus ideas, aún estando marcadas por la tendencia actual, no renuncian a tener sus filtros más personalizados.
Amparo Pardal. Cuando la vimos desfilar por primera en SIMOF no sabíamos que el modernismo es el movimiento artístico y el estilo que define como tal el estilo de Pardal. Grandes motivos florales, sensualidad femenina con toques añejos y una elección de colores propia del art-noveau visten de nuevo sus volantes.
Melisa Lozano. Del azul a la abstracción pasando por las formas geométricas. Melisa Lozano dedica este 2019 a recrear la figura y el legado de Picasso en sus volantes y ya en SIMOF pudimos ver este adelanto donde la diseñadora malagueña, una de las primeras en exagerar los volúmenes en volantes, mostró lo mejor de su estilo.
Rocío Montserrat. ‘A Pastora’ puso lunares, volantes y una gama de colores crema o apagados con una propuesta en la que la joven diseñadora perfila lo que ya se pudo ver en su anterior colección y nos muestra algunos cortes o ideas que ponen la mirada en la flamenca más actual.
Teressa Ninú. La unión de los lunares negros con fondo blanco y el rojo para los volantes dejó ver en una versión sencilla pero coqueta (y bastante veraniega) el estilo de Teressa que para este 2019 mantiene intacta esa feminidad y ese gusto por el detalle que marca a sus flamencas.
Astrid Hohle. ‘El alma de mi tierra’ mostró a una flamenca de colores lisos y propios precisamente de las estampas típicas de la tierra acompañandose de formas ricas en volúmenes y algunos detalles finales con los que Astrid parecía presentarnos su estilo más próximo con su trabajo en mangas o escotes.