Tras un comienzo vertiginoso, en el que ya nos ha quedado claro que esta décima edición de We Love Flamencos nos va a dejar varias colecciones que serán recordadas, el lunes fue un principio de semana algo más calmado pero que nos dejaba dos desfiles que ya forman parte casi obligada del programa de la pasarela: la final de su VIII Concurso de Noveles, que esta vez tenía como novedad el permitir presentarse a diseñadores de toda Andalucía, y el desfile de la casa de Mantones Foronda junto a los diseños de Rafa Díaz. Una jornada corta pero que nos dejó diferentes e intensas sensaciones… en todos los sentidos.

Final del concurso de diseñadores noveles: el primer concurso de noveles que vemos después de los momentos más duros de una pandemia demostró… que el mucho tiempo libre que tuvimos durante el confinamiento hubo quien no supo como aprovecharlo. Porque esta final fue el día de la marmota (y ya llevamos unas cuantas, que uno ya acumula muchas finales a sus espaldas) en la que volvimos a ver varias cosas que se repiten constantemente en estos concursos, y no hablo solamente de costura o patronaje a medio hacer, sino incluso de las «ideas» «creativas» de aquellos «diseñadores» que vienen a «renovar» la moda flamenca. Podría seguir escribiendo con comillas, pero creo que lo vais captando. Antes de seguir tengo varias dudas: ¿Nadie se revisa los concursos de noveles de años anteriores?, ¿Nadie estudia la historia de la moda flamenca?, ¿Nadie se dedica a ver moda más allá de las tres cosas que le gustan?, ¿Nadie investiga o busca la manera de hacer algo diferente?, ¿Nadie busca estimular su creatividad?, ¿Nadie se arriesga?, ¿Os suena Justo Salao?, ¿Lina?, ¿El Ajolí?, ¿Amparo Macia?, ¿Cañavate?

Señores, ya hemos visto colecciones de noveles inspiradas en los años 50. O en rollo femme-fatale o vampiresa con sus perlas y sus plumas. O en un intento de costumbrismo rojo-blanco-negro. O inspiración andalusí. O inspiración taurina jugando a estilismo loco. O estilo años 20. O Disney. Lo hemos visto todo ya, diría incluso que hasta mejor cosido o planteado, y se que lo seguiremos viendo. Y hablando de cosas que seguimos viendo: creatividad no es meter 200 kilos de organdil debajo de una falda o llenar los trajes de volúmenes, que estamos a punto de llegar a los 10 años en que Cristina García ganó su concurso de nóveles y aún no lo habéis superado.

Diseños de Alicia Suarez, ganadora de noveles de We Love Flamenco 2022

Hay dos formas de ganar un concurso de este tipo: la primera es tener una idea nueva, fresca y que se sepa vender muy bien, que parezca que nunca antes se haya visto y se pueda adaptar bien a la moda flamenca. La segunda es presentando un trabajo profesional y que demuestre que te quieres dedicar a los volantes con responsabilidad y sabiendo que cada detalle cuenta. Alicia Suarez ganó ayer más por lo segundo que por lo primero: sus 6 trajes de flamenca estaban bien diseñados, patronados y cosidos, los 3 colores se conjuntaban bien y el acabado era el de alguien profesional y que está preparado para debutar el año que viene ya como una firma más en la pasarela de We Love Flamenco. Y cuando el premio es darle la oportunidad a un diseñador de compartir cartel con algunas de las firmas más importantes del sector, lo mínimo que se pide es que puedas estar a la altura y que puedas evolucionar y crecer conforme pasen las temporadas. Desde aquí felicito a Alicia porque desde su primer traje se veía ese potencial y esa profesionalidad que debe acompañar a alguien que se presenta para ganar. Va a ser muy interesante ver qué nos trae a We Love Flamenco 2023.

Mantones Foronda y Rafa Díaz, ‘Tradición’: el binomio que conforman la casa Foronda y el modisto Rafa Díaz presentó la que puede que sea su mejor colección hasta la fecha en esta pasarela al ser la más completa y la que mejor jugó con la moda. A las habituales combinaciones de trajes de flamenca con mantoncillos y mantón, las peinas, mantillas, encajes y diseños de fiesta, se les unió esta vez una serie de prendas en las que, por fin, Foronda apostó por llevar el bordado del mantón de manila a chaquetas, faldas o blusas, algo que ya hemos visto en otros lugares y que la casa sevillana parecía que se resistía a hacer. Pero ayer fue la puesta de largo de esa idea y el resultado, aún siendo una pincelada, deja con ganas de mucho más. En cuanto a colores, ayer destacaron las piezas en la gama de tonos tierra que, no siendo el color más recurrente en un mantón, se vio como muy adaptable a todo tipo de estilismo.