Una pasarela más estrecha y más larga al mismo tiempo junto a un montaje que evocaba lo mejor del antiguo SIMOF en los pabellones de Fibes fueron los primeros protagonistas de la jornada inaugural de la principal cita de la flamenca. Tras el cambio del año pasado, la organización ha optado esta vez por fusionar el concepto actual con el anterior y, podemos decir, los desfiles se ven muchísimo mejor y la pasarela, como tal, es más pasarela que nunca.

¿Qué vimos pasar sobre ella? Básicamente lo que se esperaba: Lina siendo Lina cuando sabe ser Lina (sí, es así). Aurora Gaviño recuperando su concepto de show en los desfiles o Pilar Vera recreando y reivindicando su estilo fueron los titulares en la parte más veterana del día.

En el apartado de jóvenes hubo de todo: el colectivo de Emprende Lunares trajo una amalgama de ideas de la que, sinceramente, muy pocas estaban preparadas para dar el salto a lo profesional. Ángeles Copete tiró por lo clásico, Alex de la Huerta se desmarcó de nuevo de la corriente y dibujó una flamenca creativa (y romera), Alejandro Santizo hizo gala de su clasicismo y flamencura en clave macarena, Pedro Bejar equilibró con acierto lo que a él le gusta hacer con lo que el público espera de él, Patricia Bazarot golpeó por fin la pasarela con su colección más rotunda mientras que Luis Fernández nos regaló, casi por sorpresa, la que puede ser una de las colecciones de la temporada.

Veamos ahora como sucedió la jornada en imágenes.

Diseños de Guillermo Ramírez, María Ávila y Sergy Garrido.

Emprende Lunares. La mañana del jueves abrió los desfiles de SIMOF con los alumnos de la primera edición del programa Emprende Lunares. De todos ellos, habría que destacar tres colecciones, en especial el arrojo y la intención de María Ávila por llevar su estilo de flamenca hacia un terreno más comercial. Sergy Garrido también apostó fuerte por la flamenca de pasarela en su propuesta inspirada en Egipto mientras que Guillermo Ramírez buscó la reinvención flamenca siempre manteniendo el sello clásico.

Ana Castellano, Kahla, Carolina López e Inés Inés optaron por aires más comerciales o buscando al público con colecciones que, eso sí, trataban de buscar su propio hueco.

Lina, ‘Río de rosas’. La gran maison de la moda flamenca abrió la pasarela como debía hacerlo: con sus flamencas esencias, con sus nejas enterizas, con sus volantes y con sus escotes que, por más que se imite el patrón, nunca queda igual. Un río de rosas flamencas muy genuinas en la que hubo detalles que nos recuerda por qué Lina es Lina. Y por qué el blanco o su selección de lunares es siempre un símbolo de distinción.

 

Aurora Gaviño, ‘Hilo calé’. Arropada por muchos amigos y populares conocidos, Aurora Gaviño recuperó, tras varios años sin hacerlo, el tipo de desfile que a ella más le gusta hacer. A saber: flamencas 100% marca de la casa, aunque con ese toque más gitano que anuncia el nombre, combinaciones de colores y texturas con especial protagonismo del encaje, actuaciones musicales en directo y su pequeña colección de novias. Aurora en estado puro.

 

Luis Fernández, ‘Serendipia’. La luz de un cañón alumbró las 20 propuestas del diseñador que encontraron en los volúmenes generosos, los colores pastel o en la exquisita elección de volantes su mejor aliado. Luis se desprende del folclorismo clásico (que tan bien encaja en las preferencias comerciales) y se deja llevar por otras líneas que no pierden el clasicismo pero que, realmente, parecen abrir la puerta a lo que podría ser su flamenca de manera más personal y menos condicionada por el público-clientela. Sin duda, una de las colecciones a la que echar el vistazo lentamente.

 

Alejandro Santizo, ‘Flor de las flores’. El sevillano siempre se deja llevar por las emociones cuando se trata de subirse a las pasarelas y ahora le tocaba a una muy especial: la Macarena. O la Semana Santa: para la que es su segunda colección como profesional, Alejandro Santizo lleva su inspiración hasta la semana mayor, con los colores que llenan la misma y con varias propuestas donde las faldas son las grandes protagonistas. Todas ellas bien podrían incorporarse a su compactado universo de flamencas de mil metros de volantes.

 

Pilar Vera, ‘A tu vera’. Hay un rojo, un amarillo y un verde Pilar Vera. Siempre aparecen en sus colecciones y siempre nos deja grandes momentos. Y este año han sido los colores encargados de cerrar un desfile que ha invitado a la flamenca a ser vital, a ser jovial, a sonreír, a divertirse y, como no, a hacer gala de la sevillanía clásica y sin complejos. Porque los volantes también hablan de sentimientos y eso es lo que hemos visto a lo largo de la colección de Pilar.

 

Alex de la Huerta, ‘American Cherokee’. El minimalismo y el patronaje de líneas depuradas se dieron una estupenda vuelta de tuerca en el particular estilo del diseñador con una propuesta donde su flamenca, por primera vez en pasarela, llamaba directamente a los estilos más propios de romería. Puede que fuese la inspiración en el oeste americano, pero lo cierto es que esta reinvención hacia los caminos le ha sentado como un guante a los volantes de Alex de la Huerta.

 

Ángeles Copete, ‘Five’. Las cinco pasarelas como profesional de Copete se celebraron en SIMOF con una propuesta clásica, llena de colores pasteles, volantes más generosos en capas junto a otros que no olvidan el canastero. Moda flamenca hecha directamente para ir a Feria y que fue otro de los puntos de contraste de una jornada que aunaba espectáculo con desfiles más ponibles.

 

Patricia Bazarot, ‘Sakura’. Japón es un país que, por su riqueza cultural, invita a la inspiración, aunque es tan personal que a veces cuesta adaptarla a flamenca. Patricia Bazarot puede haber conseguido una recreación perfecta uniendo, por un lado, el contraste entre colores vivos y los negros o metalizados, y las ideas a medio camino entre la tradición nipona y la vanguardia de Tokyo por otro. Un crisol de ideas bastante completo que nos regala su mejor colección hasta la fecha.

 

Pedro Bejar, ‘Omnium’. Volantes de clavel con más pétalos que nunca en las faldas y amapolas en brazos o escotes que se unen a colores que van del verde al rojo pasando por naranjas, camel, azules o mostaza. La flamenca de Bejar para el 2018 bebe de la naturalidad de la tierra, de su Hinojos natal, del más es más bien entendido o de un punto de locura en el patronaje que se rompe con la seriedad de una propuesta que sabe pasear al mismo tiempo lo clásico y lo innovador.

Hoy viernes continuamos con la pasarela desde por la mañana con la final del concurso de nóveles. Recordad que en nuestro instagram estaremos contándolo todo a pie de pasarela (o de fotocall) y mañana tendréis aquí el resumen por la mañana.