Tras un comienzo clásico y de sevillanas maneras, We Love Flamenco llegaba a su segundo día integrando en la propia pasarela la plataforma Viva by WLF, un espacio ideado para las firmas emergentes que buscan su hueco en la moda flamenca o para las líneas de tipo más comercial. Esta cita recordemos que en años anteriores se realizaba de manera independiente (aún manteniendo la marca We Love Flamenco) pero este 2020 lo hacía junto a su hermana mayor.

Con esta novedad teníamos en una misma e intensa tarde la final del concurso de nóveles, que nos dejó con su ganador una de esas colecciones que apuntan maneras hacia el público flamenco en general y al de instagram en particular. Le  siguió una contrastada tanda de desfiles en los que se iban alternando propuestas hechas por y para la Feria con otras realizadas por y para la pasarela… y para la Feria también. Dos formas diferentes de ver y de sentir los volantes entre los que, inevitablemente, hubo dos nombres que ayer no salieron a jugar sino a ganar: Javier León y Antonio Arcos con sus respectivas colecciones pusieron brillo y furor a un miércoles que os resumimos a continuación:

Izquierda-derecha: diseños de Laura Díez, Álvaro del Rey (Premio Flamentex) y Javier Ordóñez (Ganador)

Izda- Dcha: diseños de Beatriz Benítez, Rocío Romero y Mar Trujillo

Final del concurso de diseñadores nóveles. 6 jóvenes diseñadores con 6 trajes cada uno. Un total de 36 propuestas pasaron ante un público y un jurado que debía elegir a la próxima figura que se incorpore directamente al cartel de una pasarela donde ya brillan con luz propia algunos de sus anteriores ganadores. Tras ver las colecciones, el jurado otorgó el premio Flamentex a la creatividad a Álvaro del Rey por su personalísima propuesta mientras que el Ganador del premio final sería Javier Ordóñez con una colección que destacó bastante por composición, hechura y vistosidad, dejando un muy buen sabor de boca tras el concurso y, podemos casi asegurarlo, su debut será de los desfiles más esperados en We Love Flamenco 2021, ya que su flamenca parece más pulida, encauzada y llamará mucho más la atención que las de sus predecesoras en el premio.

Alfarera, línea comercial de Carmen Acedo. La veterana diseñadora se lanza este año con una segunda firma en el que se alternan los trajes de toda la vida junto a tendencias o ideas traducidas a un lenguaje apto para todos los públicos. Acedo se une así a la incipiente oferta de marcas que crean una hermana pequeña para otro tipo de públicos y en la que no faltaron ni sus canasteros ni sus reconocibles volantes al hilo.

Javier León, ‘A mi plín’. Solo diez vestidos para una colección con el concepto claro, una música perfectamente escogida y unos diseños que, en particular, dejaban con ganas de más. León condensó en muy poco su visión de los años 80 más opulentos de la cultura española con volúmenes, una correctísima selección de telas, mangas y escotes muy trabajados y unos diseños de inspiración flamenca que nos recuerdan que lo kistch es horteramente maravilloso.

Alba Calerón, ‘Florecer’. Siguiendo su línea y sin salirse de ella. A Alba lo que le gusta es la flamenca de romería, las batas y faldas con vuelo, los diseños realizados para echarse al campo y los talles altos que sean sinónimo de comodidad. Aunque haya trajes en los que parezca querer buscar nuevas formas, lo que nos deja claro la colección es que la mejor versión de Alba Calerón es la que tira más hacia lo clásico que a lo moderno.

Antonio Arcos, ‘Pose’. Sin exceso de barroquismo y con un giro de guión bastante interesante: complementos fuera. Así llegó a la pasarela un Antonio Arcos que hizo del flúor, lentejuelas, tules y de los patrones que marcaban y moldeaban la silueta femenina su mejor aliado. El diseñador supo buscar los lugares comunes, tomó la estética drag para firmar una flamenca que se puede pasear perfectamente por la Feria y dejó por el camino algunas ideas que no deberían pasarse por alto si lo tuyo es no pasar desapercibida.