‘Ahora me ha tocao a mí’. Con esa canción de Isabel Pantoja podríamos resumir la primera jornada de SIMOF 2020 con sus más de 15 desfiles. Un maratón de volantes desde hora temprana hasta bien entrada la noche con la que la principal pasarela de moda flamenca daba el pistoletazo de salida a su XXVI edición y en la que hubo un mano a mano entre quienes buscan su hueco con otras firmas ya más que consolidadas. Y como decíamos, la sensación es que todos quisieron autorreivindicarse, que todos los desfiles versaban sobre el trabajo de los diseñadores, de sus inquietudes, de las facetas que les hacen sentir más cómodo o de aquello que los define ya que todas las colecciones eran una clara evocación de lo que esperaríamos encontrar en un traje de flamenca si la etiqueta es la de cualquiera de estos diseñadores.
Esa tónica, creemos, es la que nos vamos a encontrar: un SIMOF donde cada firma va a hacer su versión más propia, más genuina, más buscada para la clientela y más recreada en sus estilos. El «riesgo» no será tendencia, pero al menos ayer esos «me ha tocao a mí» hechos volantes nos dieron una tarde bastante notable. Veamos como fueron los desfiles:
Emprende Lunares: la promoción 2019 se graduaba en la pasarela de Fibes con unas colecciones que, en teoría, les abre las puertas del SIMOF profesional y en los que podemos decir que a la tercera va la vencida, porque esta tercera generación de Emprende Lunares por fin nos ha dado una mañana buena de desfiles (tras dos primeros años más bien olvidables, contando honrosas excepciones), con diseñadores que no solo tienen las ideas bien claras, también les acompaña la ejecución de la misma, la ambición por pisar la pasarela y el buen trabajo de quién se supone que viene a quedarse. De todos ellos destacamos 3 nombres en especial: Javier del Álamo, Jorge Sánchez y Pilar Arregui.
María Amadorr, ‘Brida’. Inspirada en el mundo del caballo, con tintes historicistas y con aires de moda masculina, María Amador debuta en los profesionales de SIMOF después de muchos mostrando su solvencia en muchos concursos y pasarelas de emprendedores. Su puesta de largo en la primera línea de la flamenca la ha resuelto con una colección muy bien planteada en pasarela, que logra llevarte por la idea inicial, maneja bien los colores e incluso realza algunas faldas o escotes que ya le habíamos visto con anterioridad.
Agus Dorado, ‘Iyalodde’. África se viste de nuevo en las pasarelas flamencas con las ideas de un Agus Dorado que mantiene la filosofía de su propuesta anterior, mirando más a los volantes de romería que de Feria. Colores bien elegidos, texturas que evocan el aire cálido del continente u ocres y verdes para acentuar el caracter salvaje. Todo correcto, todo en su sitio, pero quizá hubiese faltado un querer salirse un poco del tiesto y arriesgar más con las ideas.
Aurora Gaviño, ‘La furia rubia’. La mejor Aurora Gaviño en años (pero en años, ¿Eh?) se subió a la pasarela no solo para homenajear a María Jiménez (presente en el desfile), también para reinventar su estilo, entregarse al negro y al dorado envejecido como base de su colección y al diseño de tejidos propios, trajes con más volumen e ideas de fiesta-aflamencada que tienen mucho que ver con nuestra folclórica más canalla. Gaviño puro en estado de gracia, creciéndose y… ¿Poniendo la mirada en el futuro?
Luis Fernández, ‘Preludio’. Esto es moda. Esto es costura. Esto es técnica. Esto es tener buen gusto. Esto es lo más próximo que nos vamos a encontrar a lo que algunos creen que pueden llamarlo «Alta Costura Flamenca» cuando el término ni siquiera es correcto. Esto es, sencillamente, una de las colecciones del año y lo curioso es que la idea que Luis Fernández ha hecho hoy podría haberlo hecho cualquiera, pero no fue así hasta ‘Preludio’.
Alejandro Santizo, ‘Santizo’. Cumpliendo la máxima de que hay que darle al público lo que pide, Alejandro Santizo no solo lo hizo, también se dio el gusto a sí mismo de hacer un desfile que debería haberse llamado «Rojo Santizo» ya que el color de la pasión fue el absoluto protagonista. Aún habiendo rosas, naranjas y burdeos, toda la colección se puede resumir en el rojo, en los cuerpos entallados y en los volantes de volumen exagerado que son eso mismo que dice su nombre: ‘Santizo’.
Pilar Vera, ‘Laranjeira’. Naranja, amarillo, negro, azul, rojo, azul y blanco. El folclore portugués se vistió de flamenca ayer con los volantes de una Pilar Vera que volvía a poner sobre la pasarela su flamenca más autóctona y con un estilismo inspirado en el imaginario luso que redondeaban la propuesta (y nos daba muy buenas fotos). Estilo clásico, pero con intenciones que van más allá de la flamenca de feria en los que también destacaron el diseño de los lunares o las combinaciones de los colores que protagonizaban el pase.
Sara de Benítez, ‘Mis Claveles’. La colección que esperamos de Sara de Benítez, con sus flamencas, sus lunares, sus colores y sus claveles llenando una propuesta colorida, con interesantes mezclas de color en varios trajes y con la diseñadora cordobesa recordando qué es lo que le ha llevado a que su estilo se vea desde lejos.
José Galváñ, ‘I’m’. «Yo soy’. Sin más. José Galváñ recupera para 2020 algunas de las ideas que de manera dispersa habíamos visto en anteriores colecciones pero que, de alguna manera, no daban forma hasta llegar a una colección completa. Hasta ayer, que ya vimos como los pasacintas, los lazos, los lunares mezclados, los colores flamencos o la inspiración costumbrista sacaban afuera a ese diseñador al que ya le tocaba sacar una propuesta tan espectacularmente flamenca como esta.
Sara Sanabria, ‘El lago’. Inspirada por el ballet y la música clásica, la última ganadora de nóveles de SIMOF debutaba en el timing profesional con una propuesta que fusionaba sus dos colecciones previas, dando importancia a partes iguales al volumen (tanto en mangas como en faldas) como a la sensualidad que tanto le gusta trabajar a Sara, potenciando escotes, juegos de transparencias y una figura femenina que, como curiosidad, diríamos que se nota bastante que esta colección, en general, la ha hecho una mujer.