Buenas intenciones. Si tuviéramos que ponerle un titular a la maratoniana jornada del sábado en SIMOF es ese. El otrora día clásico de la pasarela se ha reconvertido este año en un compendio de desfiles compartidos, caras nuevas, otras que se lanzan como profesionales, profesionales que buscan dar una pincelada post pandemia, nombres reconocidos y alguna que otra sorpresa. Pero el común denominador de todas ellas es que en sus colecciones, sean mayores o menores en número, se intuye la intención real de querer apostar por su propio estilo en moda flamenca y asentarlo en SIMOF.

Intenciones que, ojo, no nos han dejado unas colecciones espectaculares que nos hagan partirnos la camisa. Más bien ha sido un: está bien y puedes hacerlo mucho mejor. Veamos como le fue a cada uno.

Agus Dorado, ‘Bugalú’. Naranja, verde y tierra. Los colores fetiche que ya le hemos visto al diseñador en anteriores colecciones se reúnen de nuevo para darnos su mejor versión. O una gran evolución: Agus Dorado ha debido aprovechar la pandemia porque este ‘Bugalu’ con lunares, volanteo, formas holgadas, enaguas moradas y el estilo desenfadado que a él tanto le gusta se presenta en un envoltorio muy bien facturado en la forma y en el gusto. Ahora sí.

Amalia Vergara, ‘Mi orbita’. Remitiendo a diferentes colores del firmamento, Vergara vuelve a SIMOF tres años después con 10 trajes donde hay un buen trabajo y diseños atrayentes. A pesar de lo corta de la propuesta, destacamos el buen uso del gris donde quizá se aprecian las ideas más personales de la diseñadora. Deja con ganas de ver por donde irá en próximas temporadas.

Cristina Vázquez, ‘Contigo’. Flamencas de feria, guapas y en tendencia. Cristina alcanza su tercer SIMOF manteniendo su filosofía de llevarnos trajes que están hechos directos para pasearse por el Real (aunque también en romería). Una invitación entre lunares, rojos y celestes que deja buenas sensaciones y algunos perfiles que veremos claramente en el albero.

Provincia de Jaén. La provincia invitada de la edición pudo dejarnos el que puede que sea el mejor desfile colectivo que se ha realizado en SIMOF desde que la organización invita a una diputación andaluza a sumarse al evento. 16 firmas con dos trajes cada una ha sido suficiente para ver que la flamencura de Jaén no termina en Andújar y que muchas de esas firmas, con modestia y respeto, se han subido a la pasarela principal de SIMOF con un resultado bien digno.

Pablo Lanzarote, ‘Mi abuela Paca’. Era uno de los debuts más esperados de esta edición (sino el que más)  por parte de prensa especializada y compañeros de profesión y sí: Pablo Lanzarote ha sido él mismo. Obviamente la flamenca ha sido la gran protagonista de la colección, sobre todo en ese arranque de 10 que mira directamente a octubre y a Valme. Pero lógicamente una trayectoria de años no podía quedarse fuera de SIMOF y Lanzarote no ha renunciado ni a la fiesta aflamencada, ni a la sensualidad femenina ni al colorido más propio de una noche de Feria que una tarde en el Real.

Yolanda Rivas & MM Garrido, ‘Resiliencia’. Alegría, vitalidad y… flow 2000. Sí: los 2000 están a la vuelta de la esquina en cuanto a resurrección de moda y esos diseños de colores taurinos, esa mezcla de verde pistacho con fucsia y esos volantes no apuntan a otra cosa. Sea accidental o no, Yolanda Rivas se ha acercado a la flamenca previa a la época del ladrillazo y la ha traído a 2022. La parte en blanco y negro, eso sí, se aproxima más a las tendencias actuales.

Raquel Bollo. El otro gran debut de la edición se presentó como toda una declaración de intenciones. A Raquel Bollo la hemos visto bailar, desfilar, de Feria y en el Rocío y siempre como una prescriptora de moda flamenca. Ha apostado y promocionado los volantes siempre que ha podido, pero ahora ella toma el mando y presenta una colección propia. Inspirada en los años 70, dando pequeñas pinceladas de lo que podría hacer y con un interesante uso de verde y morado, Raquel llega a SIMOF y parece que con ganas de quedarse.

Inma Benicio, ‘Cromoterapia. El color de las emociones’. Desde el año 2014 llevo viendo el trabajo de Inma Benicio sobre diferentes pasarelas y no me queda duda de que apuesta y se quiere dedicar a la moda flamenca, pero no parece que ella quiera ser capaz de mostrar algo más que una flamenca que sea básica en cuanto a formas, técnica e ideas.

Sergy & Tapiju, ‘Juanita’. Se han dedicado colecciones a todo tipos de familiares en una pasarela flamenca, ¿Por qué no a tu chihuahua? Para muchos nuestras mascotas son uno más en la familia, y por ello este año los diseñadores cordobeses se han inspirado en la patria de su Juanita y han vestido a la flamenca de aires mexicanos, colorido, tejidos livianos y una alegría que entremezcla el caracter latino con las ganas de fiesta que tenemos aquí.

Leticia Lorenzo, ‘Pretty’. Inspirarse en algo que literalmente TODO el mundo conoce tiene sus pros y sus contra. Entre sus contra es que el público va a esperar ver ciertas cosas. Y sí: Leticia Lorenzo cogió los vestidos más icónicos que Julia Roberts lució en Pretty Woman, los llevó a flamenca y le añadió esa alegría o ese desparpajo que tanto necesitamos. Un conjunto bien hecho que sonríe a todos cual novia de Ameríca.

Carmen Latorre, ‘Hilo invisible’. Al igual que en la colección de la que hemos hablado antes, Latorre ha utilizado una inspiración perfectamente reconocida y que parte del público tiene vista: Balenciaga. Las ideas más legendarias del mejor diseñador español de la historia llegan a la flamenca en una colección donde Carmen ha ido más lejos que en otras de sus propuestas y ha empleado cortes, texturas, volúmenes, colores y formas asimilables al modisto vasco pero que se integran perfectamente en el trabajo de la firma.

De Lunares y Volantes, ‘Candela’. Si tuviéramos que darle un premio a la «colección instagram 2022» sería esta y de calle. Ojo: esto es algo bueno. Margarita Rosales y Consolación Delgado han puesto sobre la pasarela 20 trajes que están hechos por y para arrasar a base de likes y compartidos. Te pongas el que te pongas vas a ir a la Feria, te vas a hacer fotos y todas van a decir que vas divina y perfecta. Total, después de 3 años en chandal y estilismos comfy, ¿A quién no le va a apetecer ponerse un traje rojo, fucsia o buganvilla e ir deteniendo miradas a su paso?

Loli Vera, ‘Renacer’. Las hijas de Loli Vera han querido homenajear a su madre con un desfile en el que, poniendo como base algunos diseños de Loli, han decidido presentar moda aflamencada inspirada precisamente en el legado de la madre. Un homenaje diferente que podría ser un punto de partida y que tuvo un final emotivo al unirse diferentes compañeros de profesión al carrusel.

Carmen Vega, ‘Porque la vida sigue’. Lo que en sus colecciones suele ser la parte secundaria, aquí se presenta como protagonista. El formato de colección a 10 trajes que nos deja una Carmen Vega eminentemente rociera que sabe a camino y que nos invita vivir esos días entre mayo y junio. Eso sí, se echa en falta esa flamenca de feria y con buen gusto por el volanteo que tanto le caracteriza.

Atelier Rima, ‘Simbiosis’. Pequeñas dosis de lo que bien sabe hacer. Rima es una de las grandes artesanas de la moda flamenca, sus trajes llevan un trabajo impecable y están hecho con una elaboración que, en términos de calidad, es lo que se debería exigir en el sector. Eso lo vemos en esta propuesta como también se ve como la lituana tiene unas ideas de estilo a las cuales nunca renuncia.

Sonibel, ‘No&Do’. Pa la Feria. Sin aditivos, sin sorpresas o sin experimentos. Pa la Feria con lunares, volantes que son sello de las corianas y flamencas que son real puro. Sonibel ha hecho otros de esos desfiles que estamos viendo este año que invitan a irse al Real y no querer salirse de él. Y eso es a lo que hemos venido, ¿No?

Pilar Rubio, ‘Ruido’. Desde hace años existe en SIMOF el tópico de que las modelos en este desfile sencillamente son «las guapas». Y tiene merito que con esos trajes rojos y negros o de estampado floral que Rubio llevó a pasarela una mujer pueda verse no favorecida: su estilo es el de hacer diseños cómodos, que se vistan para la Feria, que sepan a clásico pero que tengan también ese algo de actual. Lo suficiente como para que, efectivamente, vayas guapa.