Basta con vivir una jornada como la del sábado para entender por qué Andújar Flamenca ha terminado por conseguir el objetivo de convertirse en una de las principales pasarelas de moda flamenca. O mejor dicho: ¿Por qué Andújar funciona mejor que otros eventos que intentan ir a remolque de We Love Flamenco, SIMOF o Jerez? La respuesta puede deberse a varios factores:
Andújar es una ciudad de tamaño medio, tiene una fiesta mayor de relativa importancia en la comunidad andaluza donde se consume moda flamenca y cuenta con un nutrido sector comercial (basta darse una vuelta por su centro para ver un considerable número de tiendas). Es decir, hay negocios en general y de moda flamenca en particular que justifican la existencia misma del evento. A ello hay que añadirle que han contado con el apoyo tanto de administraciones públicas (Ayuntamiento y Diputación de Jaen) así como del sector público (Cámara de Comercio) y de patrocinios privados que se han ido sumando a la pasarela conforme esta ha ido creciendo. Por otra parte, y esto lo hemos comprobado cada año, la organización siempre ha dado muestras de querer crecer, de ir a más y de perfeccionar su idea sin olvidar en ningún momento que estamos en una pasarela muy concreta. Dicho de otra manera: Andújar no compite, sino que se muestra como una pasarela complementaria que ha forjado su personalidad aprendiendo de los eventos sevillanos y llevándolos a su terreno. Tampoco se dedican a poner a parir a Doble R o a Go! Eventos, sino que allí son bienvenidos como vimos la jornada que nos ocupa con el galardón concedido a Laura Sánchez.
Mezclados todos esos ingredientes nos queda un evento que en ningún momento olvida su carácter, que sabe como cuidar la moda flamenca, que aporta, que ensalza a los volantes y que sabe quienes deben ser los protagonistas. Digamos que Andújar ha encontrado la versión idealizada de los desfiles que se han celebrado en pueblos, pero muy bien hecho: no necesitan recurrir a grupitos de flamenquito, ni a bono-cubatas, ni a bailes de fin de curso de academia ni a otro tipo de cebos, porque Andújar Flamenca llena sus localidades casi en exclusiva por (y gracias a) la moda flamenca. La misma que se viste en la Romería de la Cabeza y que también llenará en un mes y medio la Plaza de España iliturgitana.
Y con los desfiles abarrotados, las invitaciones agotadas desde el día que salieron, personas que se quedan de pie viendo como pueden las colecciones o la hostelería de zonas próximas con todo completo, uno se da cuenta de que Andújar Flamenca ha hecho marca y ha creado un acontecimiento en su tierra, dos factores fundamentales para el éxito de un evento y que, en términos de asistencia, demuestra bastante solvencia. El éxito de Andújar Flamenca es el éxito de haber ido paso a paso, de aprender de los demás, de personalizarlo con la idiosincrasia o la filosofía de vida local y de darle al público moda flamenca con sello local y con nombres reconocidos del sector a partes iguales.
Todo eso lo percibimos en un sábado primaveral que comenzó con la moda flamenca infantil de Llena Eres de Gracia y nos mostró las colecciones de firmas locales como Toñi Salas, Con T’De Touché o el espacio multimarca Aires Flamencos. A ellos se unieron nombres que han apostado en diferentes ocasiones por esta pasarela y que son familiares para el público: Sara de Benítez, Pilar Vera, Loli Vera y Maite Cárdenas, Amparo Pardal, Aurora Gaviño o la asociación Mof&Art. Un día lleno de desfiles y de moda flamenca que resume y visibiliza el buen funcionamiento de Andújar en términos de volantes:
Toñi Salas.
Aires Flamencos.
Loli Vera y Maite Cárdenas.
Pilar Vera.
Flamencas Mof&Art. Diseños de: Hermanas Serrano (complementos de Chocolate y castañuelas de Filigrana), Sara de Benítez, Melisa Lozano y Mari Carmen Cruz.
Flamencas Mof&Art. Diseños de: Pilar Vera (complementos de Trinitrán), Pitusa Gasul, Delia Núñez y Ángeles Espinar.
Sonibel.
Amparo Pardal.
Con T de Touché.
Aurora Gaviño.
Sara de Benítez.