We Love Flamenco 2019. Manuela Martínez: Safari

En medio de tanta pasarela, nombres que van y vienen, jóvenes que lo intentan a la primera, no tan jóvenes que buscan una oportunidad de crecer y muchos perfiles que buscan incorporarse al mapa de la moda flamenca, no son pocas las veces en las que las organizaciones de las pasarelas y la prensa especializada debemos afilar el olfato viendo a ver quienes nos ofrecen algo diferente de verdad.

El caso de Manuela Martínez podría considerarse una de las sorpresas de 2019, pero no ha sido así: su colección de 2018 dejó entrever que esta firma tenía algo y tenía muchas opciones de pisar fuerte si se pulían ciertos detalles (además de crear uno de los trajes más copiados de la pasada campaña). Su flamenca y su posible personalidad estaban ahí, pero tenía que echarse andar. El acertado cambio de Viva a We Love Flamenco hizo que, desde luego, los focos hicieran brillar a ‘Safari‘ como debía. Y así fue:

Colección cerrada y con las ideas muy claras. Cual plan de marketing ejecutado con una seguridad asombrosa, Manuela y sus hijas no han dudado y en su salto de pasarela han pasado de «ir a probar» a mostrar uno de los conceptos de colección más contundentes y mejor hilados de la temporada. De principio a fin ‘Safari’ es todo un ‘Safari’, la propuesta tiene clara cuál es su moodboard y en ningún momento se sale de ella. Esa inspiración de la África colonial va uniendo el vestir europeo en el continente con el de los propios indígenas, dejando espacio tanto al explorador como a la tribu y maridando a la perfección una serie de colores, estampados o estilismos que se perciben como un todo y que, además, se completó con la música y con la ambientación adecuada.

Un concepto manejado hasta las últimas consecuencias. Siendo objetivos y aún conociendo el destino previsible de la mayoría de los trajes, es de alabar que en la firma hayan sido coherentes con lo que se supone que nos querían vender y hayan centrado la colección en unos colores que, de primeras, no atraen a un público masivo. Ni el marrón, ni los estampados de aires étnicos, ni determinados tonos de azul suelen ser los preferidos de las flamencas y a veces son difíciles de vender. Muchos de los trajes de la colección en otro color habrían sido más efectistas de cara al público, pero aquí se ha preferido, como decíamos en el punto anterior, respetar la idea original.

Todo es Rocío. O tal vez no. Al igual que otras colecciones enfocadas a la romería pero con una visión más amplia y más moda de las arenas, la colección de Manuela juega con una triple visión que demuestra el buen momento que vive la creatividad en cuanto a flamenca de romerías. Si observamos el desfile comprobaremos que cualquiera de los diseños es perfecto para el Camino, pero también para la Feria o incluso para ser el punto de partida a un look de fiesta. Su caso es similar al de diseñadores que, habiendo optado por la flamenca romera, han entregado una colección versátil y que permiten a la clientela o seguidoras tener donde elegir.

La moda flamenca está viva y todavía queda punta por sacarle. En un momento de saturación de pasarelas, de diseñadores, de trajes y de cuentas de instagram, es de agradecer que venga alguien y, al menos, aporte algo. Manuela Martínez como firma ha traído una colección con bastante visión personal, que no se fija del todo en las tendencias principales, que sabe situarse en el mapa del 2019 flamenco y que sabe señalarse por sí sola en un sector donde mucha de la gente que llega lo hace sin visión, sin sentido de la moda o, directamente, fijándose en los demás.

Y hagan memoria: todas las grandes firmas o diseñadores que han llegado en los últimos años y se han mantenido es porque llevaban una idea clara, supieron como venderla y no han jugado a marear al público cambiando de estilo como de hilos en la remalladora.

Nuestra selección: nos quedamos con el traje azul y negro de cuadros de vichý, el dos piezas con falda de tres volantes o el de color teja con la falda asimétrica.