Homogeneización. Si tuviera que buscar una palabra para definir todo el 2024 en términos de moda flamenca sería esa palabra sin lugar a dudas. La moda flamenca está en un momento que es cualquier cosa menos de alta creatividad y se ha notado en pasarelas, en tiendas, en redes sociales y, por último, en las Ferias y Romerías.

Lebrija, obviamente, no ha sido ajeno a ello. Solo tenía que escuchar algunos comentarios que me llegaban mientras paseaba por el Real (cámara en mano): ‘La Feria de Lebrija no es de mantoncillo‘. Cierto, mi pueblo no se ha caracterizado especialmente por el uso de mantoncillos ni tampoco de trajes más propios de una caseta de un módulo de la Feria de Sevilla. Lebrija siempre ha apostado por volantes y por ciertos aires pomposos, ya que en las décadas de los 2000 y 2010 tuvimos a Carmen Jarén y a Ernesto Sillero respectivamente marcando las pautas del vestir local. Lo curioso es que ahora la tendencia de lo que es mayoritario viene directamente de instagram y de los trajes, cuanto más baratos mejor (y no, no me refiero a trajes de modistas).

El resultado final es una Feria que este año se ha desbordado de trajes rojos, negros y blancos acompañados de mantoncillos, looks clónicos, ideas que llevamos viendo todo 2024 y la sensación de que este año no vamos a recordarlo o diferenciarlo mucho de otros. Como llevamos diciendo desde el principio del reportaje, esto es un síntoma general del sector, no solo ha pasado aquí, pero de igual manera que vemos una inmensa mayoría homogénea, también hemos tenido en nuestras fiestas un buen ramillete de flamencas que han estrenado traje, que han rescatado las ideas que las pasarelas nos dejaron o incluso han acercado el trabajo de diseñadores o firmas de fuera y los han lucido en nuestras casetas. Porque al final esto es como pasear un día cualquiera por el centro de una ciudad: puede que la mayoría de estilismos no te llamen la atención, pero si en medio de esa masa te pones a mirar con atención siempre aparecen looks o detalles que sí destacan por sí solos (y eso es precisamente lo que os he venido a traer).

Respecto a mi experiencia en primera persona, puede que este haya sido el año donde más fácil y difícil lo he tenido como fotógrafo: fácil porque es verdad que muchas flamencas me escribieron previamente o en la misma Feria para poder hacerles la foto, lo cual me ahorraba algunas búsquedas. Otras directamente me paraban mientras iba por el Real. Lo difícil, eso sí, ha sido que algunas se hayan quedado sin salir porque no hubo ocasión de verse. Y creedme, en una Feria de dos calles puede ser que no te encuentres con todo el mundo.

Con todas ellas, con las que están, aquí os dejo mi álbum de Flamencas en la Feria de Lebrija 2024. Una selección de aproximadamente 90 imágenes donde hay de todo y en la que os vuelvo a ilustrar un año más que la Feria de Lebrija es un espacio donde gusta vestirse de flamenca, donde los volantes no entienden de edad, físico, clase social o género y donde, como dice mi madre, los habrá mejores o los habrá peores, pero lo que sí hay es mucho traje que tiene poco tiempo. Curiosamente, el más aplaudido (y con diferencia) en nuestras publicaciones de instagram ha sido un traje vintage adquirido en tienda de segunda mano. Y ¡ojo! que los 90 y los primeros 2000 ya están pidiendo paso de nuevo (y vamos a verlo en pasarela…).

Flamencas en la Feria de Lebrija 2024

¡Gracias a todas un año más por vuestra colaboración!