Semana de romería, de hermandades que están en el camino, de otras que están por iniciarlo y de muchas flamencas, volantes y romeras por ver. Poco a poco se irán desvelando en instagram cuáles son las tendencias protagonistas en la principal Romería de todas las que se celebran en Andalucía y, de paso, también comprobaremos si el Rocío mantiene ese perfil de ser el evento con moda flamenca más diversa y creativa (es lo que tiene que lleguen flamencas de todas partes representando a su lugar de origen). Mientras eso llega os dejamos trece colecciones con las que abrir mirada sobre lo que está por llegar (o no) desde las arenas:

El Ajolí, ‘Costumbres’. ¿Se lleva lo clásico? Pues seamos clásicos a mi manera. La colección de este 2024 de El Ajolí fue una lección de como jugar con lo de siempre y llevarlo a tu terreno: mantoncillos con varios colores de flecos (y generosos en cantidad), un arsenal de mangas diferentes tanto en blusas como patrones, tejidos perforados junto a gasas o crepes, talles a la cintura y ese aire puramente de Huelva que, como siempre, es una invitación al Camino.

Benjamín Redondo. Conciso y directo. Cuatro trajes le valieron a Benjamín Redondo para conocer su flamenca de 2024. Sirviéndose del granate y azul real, con fondo blanco y pequeños lunares, su flamenca se iba directa al Camino y apuntaba maneras, porque en el caso de Redondo vemos a un joven creador que se le nota que tiene gusto y sabe presentar su flamenca. Ahora (obviamente) habrá que verle evolucionar.

Pablo Retamero y Juanjo Bernal. Esto es un caso meritorio. En el mismo año que doblaban su colección ‘DUE’, llegando hasta casi los 80 trajes entre We Love Flamenco y SIMOF, la pareja de diseñadores tuvo tiempo para una propuesta de 8 diseños que vimos en el desfile de la Hermandad del Rocío de Sevilla. Y les quedó más que bien: haciendo algo tan sencillo como tomar sus ideas-patrones más reconocibles y trasladarlas a un aire rociero (y de pinceladas clásicas), esta flamenca se vistió de un blanco, beige, verde y rojo que invitaba querer ver más.

José Joaquín Gil, ‘Niza’. Tras el Rocío del año pasado me aventuré a advertir en instagram que las colecciones para ciertas fiestas o romerías iban a tener que pensar más en flamenca de verano que de primavera. Y José Joaquín por entonces ya lo iba pensando. El resultado es Niza: una colección sin apenas volumen, pocas mangas (y cortas), tejidos fluidos o de poco peso y un colorido que, como ya hemos hablado, lleva la elegancia de la costa azul francesa hasta la aldea. Imprescindible para las flamencas más fashion.

Alonso Cozar, ‘Mi Corazón’. Lo que iba a ser un homenaje a Cristo Bañez se tornó en un diálogo entre amigos (y almonteños). Alonso dejó a un lado sus inquietudes más personales y vistió a la flamenca de un Camino de siempre, de colores que remiten a la naturaleza, volantes que sabemos que nos vamos a encontrar, de talles altos, faldas bien rematadas y ese aire, entre los 70 y los 90, que Cozar maneja tan bien y que incluso traía algún guiño a las querencias de su recordado paisano.

Pablo Rodríguez. Si eres de las flamencas que le gusta entrar en una mercería y arrasar con el muestrario, deberías echar un vistazo al trabajo de Rodríguez. A este joven sevillano se le nota que lo suyo son perforados, texturas, bordados, cintas y que su flamenca vaya costeada (al menos en apariencia). Una base que le permite dar con estilismos bastante buenos para el Rocío (o la Feria), en los que se ve que hay trabajo y saber hacer pero al que quizá le falta diferenciarse y mostrarse él mismo, si bien conjuntos como el de la izquierda si parecen indicar por donde quiere ir Pablo.

Cecilia Alcántara. Puede que el rojo esté ahora mismo en un momento casi de saturación flamenca, pero en el caso de Alcántara fue una manera de salirse del tiesto y olvidarse (por poco tiempo) de los empolvados, colores fríos o negros. Haciendo binomio con el blanco, los diseños mantienen una constante en el trabajo de la diseñadora, como son los volantes colocados de manera geométrica en faldas y mangas así como el gusto por rematarlos con tiras o madroños. El resultado fue más de traje de presentación (o salida) que las batas de camino que tan bien le suelen funcionar.

José Raposo, ‘Marismeña‘. Naturaleza, creatividad, materiales clásicos fusionados con inspiración urbana y un estilo personal que todos los años se revela como una de las colecciones más interesantes (en general) de pasarela. Raposo viste este año a su flamenca con los colores de Marisma, con especial protagonismo del verde o el camel, y le pone volantes que piden arenas, albero… o el adoquin (de un evento).

Manuela Macías, ‘Al Aire’. Un nombre de colección que lo deja claro: en 2024 la casa onubense sube hasta cadera o cintura los talles, se entrega casi por completo a gasas, sedas, batistas u otros tejidos con mucho movimiento e incluso apuesta por lunares desiguales o estampados en los que el dibujo no termina de verse si se está quieta. Unos volantes que piden aire, moverse y ese juego que da la flamencura de romería.

Guzmán. De todas las colecciones de este reportaje, quizá esta sea más de Feria que de romería (o de sábado de presentación), pero hemos de destacar el buen hacer de Guzmán este 2024, con un uso del naranja, rosa y amarillo muy elegante a la par que clásico, con flamencas de aires años 70, mucho volante y, sobre todo, algo que le fallaba en sus propuestas previas: un concepto que lo enmarque todo. Y esta flamenca coquette en 8 diseños dice mucho de su creador.

Cristina Rodríguez. Los lunares y los volantes que estarán a buen seguro en Romería con un toque personal. Cristina Rodríguez ha cogido lo que sabemos nunca falla y en su trabajo se ve una intención de personalizar, de buscar un detalle propio, de darle una vuelta y combinar con tejidos, volantes o colores. Unas ideas que se ven interesantes aunque, eso sí, le falta pulirse o dar un resultado que visualmente sea más claro de apreciar.

Paula Abao. Otro ejemplo de ideas sencillas que se saben aplicar. La flamenca de Abao sabe hacia donde va y se siente cómoda en su estilo clásico. También sabe distinguirse en un mar de mantoncillos y batas clónicas: sobre una base de diferentes estampados en blanco y negro, la diseñadora añadió flúor a picos, remates o volantes y en pocos trajes nos hizo ver como imaginaba el Rocío de este año.

Atelier Rima. Diez años en SIMOF, o una década en que ha consolidado uno de los estilos más particulares y genuinos de las pasarelas. Rima es una gran artesana. sabe elegir los tejidos y en este aniversario ha potenciado la artesanía de sus piezas con trajes de talle alto, tejidos ricos en detalle y un colorido o unos motivos florales que, como es habitual, entroncan la primavera europea con el Rocío.