2019 será el año de las flamencas… en instagram. Ya lo fueron 2018, 2017 ó 2016, pero ahora la red social más fotográfica lo hará casi en solitario en tanto que twitter ha desaparecido del mapa de la moda flamenca y facebook no logra frenar su caída o su impacto. No hablamos del desempeño de los medios, sino de la aceptación del público: la moda flamenca e instagram se han entendido a la perfección, se han encontrado como el vehículo perfecto para que cada una se luzca de mejor manera y en pocos días, en cuanto nos vayamos de desfiles, comprobaremos cómo será posible verlo todo desde esta app.

Obviamente los medios escritos seguiremos teniendo nuestro hueco, es obvio si queremos hacer una lectura que permita situarnos en pasarelas, con las tendencias o en diseñadores. La información que arroje cada desfile seguirá mandando en cada golpe de click al menos en los días de eventos pero luego, una vez que cada uno se haya hecho su esquema mental, será el momento de que instagram se lleve la atención de unas flamencas que, prácticamente, miden su éxito a golpe de likes. Y como decíamos en post anteriores, esta fama hay que saber digerirla, porque ni tener el aplauso de la prensa, ni tener más seguidores o más likes garantiza un mayor número de ventas. De hecho, hay firmas o diseñadores con una cuenta de resultados muy saneada que no tienen un impacto enorme. También ocurre el caso contrario: más likes no son más ventas (en todos los casos).

La aparición de instagram también ha democratizado en exceso el sector de la moda flamenca: todo el mundo está al mismo nivel, todo el mundo tiene el mismo caché, todo es igual de maravilloso. Porque resulta que la flamenca perfecta puede llevar las costuras abiertas, la cremallera torcida o el escote sin arreglar: todo vale siempre que la foto es bonita. Se pierde la concepción original de la prensa como vehículo transmisor de la información minimamente contrastada, se pierde la lectura pausada e incluso se pierde la noción de que un pie de foto trae los datos básicos de lo que vemos. ¡Da igual! Todo vale por los likes y los seguidores, dinámica que, por cierto, se extrapola a toda la prensa online a golpe de hacer lo que sea por engordar números.

Instagram hará desde luego más visual la moda flamenca, pero nunca se puede olvidar que este sector tiene un aprendizaje, unos nombres y unos valores, un saber quién es quién y un saber realizar una lectura de moda con una pericia contrastada. Y esos valores y ese trabajo que tanta gente está terminando ahora para que muchos lo devoren en apenas unas horas van más allá de volantes bonitos porque, recuerden, que sea bonito no quiere decir que sea bueno, y lo que es bueno se vende tenga o no tenga tantos likes como los demás. Pero, ironías de la vida, en instagram con ser bonito ya vale…