Cuando lo que haces es bueno y todos te conocen, de verdad que la hora o el día a la que presentas tu trabajo puede pasar a un segundo plano. Aunque sea un domingo a las 2 de la tarde, ese momento en que el reloj invita más a una terraza que a ver moda. Pero con Jonathan Sánchez eso no pasa: en apenas cinco años este bailaor y diseñador ha conseguido que su desfile esté tranquilamente entre uno de los más esperados de We Love Flamenco, principalmente por su manera de evolucionar, de como ir modernizando y sacando afuera su flamenca sin perder la esencia y con un respeto absoluto del volante que en ‘Blagostobo’ pone las ideas de su creador en orden:

Esto es Ventura. ‘El Baúl de la Piquer‘ demostró que lo de los nóveles del año anterior no fue casualidad o suerte, sino que fue bastante merecido. ‘Mi refugio‘ sorprendió por la gran facturación y porque, partiendo de lo clásico, soltó las ideas propias de Ventura. ‘Resiliencia‘ fue el viraje hacia lo moderno y hacia lo personal que convirtió a Jonathan Sánchez en uno de los nombres imprescindibles de We Love Flamenco. ‘Blagostobo’ es la suma de las tres colecciones: no busca nuevos caminos, no presenta un arsenal propio de ideas diferentes, tampoco es rupturista (ni falta que hace). Es una colección para situarse, una propuesta con la que Ventura consolida su estilo, nos dice realmente por donde irán sus volantes y deja claro que esto es lo que veremos o podríamos esperar de él. Dicho de otra manera: es la confirmación de su personalidad, de su perfil en la moda flamenca y tan necesario es un desfile de asentamiento como uno que rompa con lo ya visto.

Colección variada pero con un denominador común. Partiendo de que el desfile se divide en los denominados grupos, compuestos en su mayoría por 4 diseños, la propuesta podría condensarse en unos 6 trajes que se sitúan en una paleta cromática a medio camino entre lo frío y lo oscuro, con azules, grises, tostados o negros presentes en muchos trajes, haciendo que incluso el blanco más que contrastar, se incorpore a esa gama de tonalidades apagadas en la que vemos bastante cómodo a su creador.

La idea base o moodboard que explican estos colores es el origen errante del pueblo gitano, de ahí que muchos de los diseños tengan referencias a esas imágenes en blanco y negro donde veíamos a muchos de la raza calé buscando su sitio o su lugar.

Diseño gráfico: del cartel al traje. De nuevo el cartel con el que se presentaba la colección también nos daba una de las claves de la misma. Ventura siempre apostó por la dinámica de estampar sus propias ideas en los tejidos, acudiendo para ello a ilustradores con una buena trayectoria y que, en el caso de Blagostobo, reproduce un estampado geométrico salpicado con lunares blancos. No dudamos que esta trama servirá para más diseños además que los que  aquí aparecen, los cuales también ponen el punto de contraste al colorido oscuro/tostado que reseñamos en el punto anterior.

La moda flamenca no necesita que se experimente, sino que se juegue con ella. A los ojos de cualquier persona con poca cultura visual, o incluso de una persona que no se salga de los dos preceptos recurrentes en flamenca, esta colección puede ser una más de las que decir que «no es moda flamenca». Pero no: todas las colecciones de Ventura son trajes de flamenca, con sus volantes y con lo que se pide al traje regional.

Blagostobo funciona por los colores, por los estampados, por el patrón sobre cuerpos, por las transformaciones en mangas o por los modelados, pero debajo de ello hay una base que es un traje de flamenca, porque aquí se ha jugado con las posibilidades del traje de flamenca para crear, para trazar cosas nuevas sin salirse de madre. A lo mejor el concepto distrae a los escépticos, pero trabajos como este ponen de manifiesto que la moda flamenca necesita de quienes sepan darle la vuelta, y reinventarla.

El estilismo que querrás llevar este año en la Feria y/o Romería. Cerramos el análisis con un punto que nos llamó la atención a casi todos los presentes en el desfile. Desde los sombreros del principio a las flores que recorrían las últimas salidas o la elaborada trenza que lucían las modelos: Ventura ha enriquecido sobremanera el estilismo en esta colección, dejando a un lado la (aparente) sencillez de los dos años anteriores y por recargar con peinado, maquillaje, complementos o un atuendo floral que mantienen el toque informal que a él le gusta dar a sus flamencas pero que con este aire naturalista… ¿Quién no querría llevarlo?

Nuestra selección: nos quedamos con el traje estampado con mantoncillo del mismo tejido, el estampado geométrico con mangas abiertos o el peto estampado.

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