Si hace unos años me llegan a decir que la mejor colección de toda una edición de SIMOF iba a llegar un domingo, a las 12:30 horas del mediodía, por parte de una diseñadora primeriza en esta pasarela, con 40 trajes, con una flamenca pensada casi en exclusiva para romerías y procedente de Jaén… me habría reído. Y eso que quien esto escribe siempre defenderá que en cada rincón de Andalucía la moda flamenca se vive de una manera diferente, que todos los estilos son válidos siempre que respondan a la filosofía y al folclore de cada pueblo andaluz y que cada cual, a su aire, puede darnos grandes momentos. Pero, cosas del directo, el patrón a la hora de elegir los TOPs de la temporada al final, por varias razones, acaba siendo bastante centrista, dejando a veces a los que vienen de lejos como simpáticas aportaciones.

Toda esa narrativa se vino abajo ese día y a esa hora: Verónica Cerezo llegaba a SIMOF en una hora donde le faltó público y prensa (el segundo pase en Jerez sirvió de mucho en esta ocasión), con un trabajo previo demasiado dudoso y con las expectativas escasas. Ahora bien, la moda flamenca está y sigue viva (pandemias aparte) porque de vez en cuando aparecen cosas así, aparece un desfile con un concepto, un diseño y facturación final tan inesperadamente bien trabajados que te das cuenta que lo que estás captando con la cámara es el comienzo de algo que va a ser, esperemos y como así su nombre indica, legendario.

La hemeroteca, como tal, está llena de casos de jóvenes que se subieron a la pasarela y supieron impresionar a la primera, de diseñadores cuyo trabajo flojeaba hasta que un año encontraron el camino o de firmas que, sencillamente, esperaron a estar preparadas para dar el salto. En un momento donde todo son prisas, donde lo queremos todo ahora y ya o en el que hay quién se cree que su nombre en una pasarela ya le va a tapar las carencias, se agradece que nos encontremos una colección así porque, dejando a un lado las firmas consagradas, hay que ver 9 desfiles de «nuevos» para encontrar 1 que digas: esto sí. Y esto sí. Pasen y vean:

Diseño y estilismo completo para ir de la pasarela al albero/arena. Lo primero que llama la atención de Legendarias es como se equilibra el concepto de espectacularidad en pasarela con la usabilidad de todo lo que desfila para llevarlo luego a una romería o una feria. Todo, con muy pocas excepciones, es un ready-to-wear: los sombreros, los tocados, los abrigos, chaquetas, vestidos, trajes, pantalones… Flor de Cerezo se presenta en SIMOF con un concepto global donde se parece querer vender un traje pero lo que hace es vestirte de pies a cabeza ya que, vistos en su conjunto, estos estilismos se han entendido como un todo donde no sería tan fácil incluir ideas externas.

Darle la vuelta a ideas manidas. La flamenca en el oeste no deja de ser un recurso ya visto, especialmente en la estética para romería, pero la evolución cromática y el trabajo de cada traje hace que aquí todo se vea bastante personal. Ha habido trabajo de diseño, de sentarse a dibujar y de darle vueltas a unas ideas que no inventan nada pero que saben atraer con frescura, eso se nota. Además, y en una clara llamada a la nueva clientela, la colección incluye todas las ideas que esperas de una flamenca en el 2022: volantes al hombro, faldas con volúmenes, cortes a la cintura, escotes altos, moda aflamencada, faldas de volantitos o con vuelo, flecos maxi y el blanco (sí, es uno de los colores del 2022). Todo aparece y todo se une en una propuesta que brilla bastante en conjunto.

Flamenca consecuente con su moodboard. Otro de los puntos fuertes de esta propuesta es que no sustituye y emplea los recursos que le corresponden a la imagen del oeste americano. Es más, convierte en ventaja lo que podría volverse en contra: pieles y pelo, antelina, encajes, estampados étnicos o de vaca, incluso tejidos como el tweed o el denim (que sale menos de lo esperable), patrones de chaquetas, abrigos y camisas con aires decimonónicos (algunos hasta de señorona, camafeo inclusive) o una paleta de colores entre grises, alberos, verdes, azules y rojos que, objetivamente, no es ni la más efectista ni la más atrayente. Pero todo funciona porque el orden de salida de cada diseño, el ejercicio de coordinación desplegado y la seguridad con la que se muestra así nos lo vende.

Y ahora, ¿Qué?: Es una obviedad que tras este desfile miraremos con lupa lo que Flor de Cerezo nos vaya a presentar en SIMOF 2023. Como decíamos al principio, esta colección impresionó por desviarse de una edición en la que la mayoría de los diseñadores se recrearon en su estilo o llevaron los volantes clásicos a su estilo con mayor o menor acierto. La conclusión que nos da ‘Legendarias’ es que esta firma llega para quedarse y que sus desfiles van a estar muy bien trabajados, pero será necesario llegar a esa segunda colección si queremos saber si ha sido flor de un día o, por el contrario, tenemos de verdad chica nueva en la oficina.

Para finalizar, les aconsejaría a quienes quieren dar el salto y colocarse la etiqueta de «profesional» que se vean este desfile y entiendan el trasfondo que tiene: a una pasarela como SIMOF (o cualquiera de las cuatro citas principales del sector) no se va a probar suerte, se va a darse a conocer, sin excusas, sin peros y con el trabajo bien hecho. ¿Quieres llegar, ser alguien en la moda flamenca y que tu nombre esté en el top 10 de la temporada? Pues antes analiza tu trabajo, comprueba que tu producto ya responde a los estandares que requiere una pasarela, que tienes un concepto que se va a vender sin necesidad de explicaciones, que vas a aportar un valor añadido, que quieres dedicarte a los volantes y que vas demostrarlo en la pasarela sin dar opción a que te rechisten.

Nuestra selección: nos quedamos con el abrigo rojo con traje estampado, el conjunto de blusa blanca con pantalón y abrigo canastero sin mangas en negro o el traje blanco con volantes en camel.


Puedes seguir a la diseñadora a través de instagram.


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