La máxima de «no olvidar de dónde venimos para saber hacia donde vamos» se cumple casi siempre en sus diseños. Así es la flamenca de José Raposo, que para este 2023 se presentaba de manera homónima: ‘Raposo’. Curiosamente, con un trayectoria marcada por conceptos de colección que se resumían fácilmente en el nombre de las mismas, y sin ser esta temporada una efeméride concreta en su carrera, su nueva colección viene a ser un buen reflejo del equilibrio entre tradición y modernidad, o entre ese dialogo de moda y folclore que siempre ha guiado a sus volantes.

‘Raposo’, como ya hicieran ‘Natural Park‘, ‘Carmela‘ o ‘Mi Amapola’, nos vende sobre el papel una idea que se inspira en el costumbrismo o en ideas del sur para luego, llegados a la pasarela, comprobemos que el diseñador ha ido más allá y no se quedado en la superficie. Siempre creemos que vendrá su colección clásica y, al final, todo el discurso cambia. Así los popelines, los lunares, los perforados, los cuadros (rara es una colección suya que prescinda de ellos) y los colores de toda la vida visten a una flamenca que escapa a lo previsible y adquiere nuevas formas en patrones que, sin ser rupturistas, tienen lo suficiente de aire fresco que el diseñador sabe darle (y ha sabido hacer llegar a su clientela además de al público).

Esa es la principal valía de la flamenca Raposo: moderniza lo tradicional, hace que el lenguaje de los volantes se fusione con la moda convencional y traiga escotes, mangas o faldas que pueden no ser del agrado de los puristas pero inevitablemente no seríamos capaces de ver fuera de un contexto flamenco… o de romería, porque él ha sido uno de los propulsores de que las arenas se muestren más creativas que el albero a la hora de vestir y esta remesa no iba a ser una excepción: casi todo en ‘Raposo’ se antoja para una salida de Hermandad o un sábado en la aldea del Rocío, como también podría valer para quién quiere verse flamenca en la Feria con un aire propio. Al final todo es una cuestión de actitud en el momento del vestir: Jose invita a ello y la flamenca se deja guiar.

Seas del estilo que seas, cualquier ocasión es buena para acercarse a una flamenca que se identifica a sí misma y que hoy, a falta de mostrarla en pasarela, la llevamos a su (asilvestrado) hábitat natural: Sanlúcar, Marisma y Doñana.

Créditos:
Fotografías: Cayetano Gómez.
Diseños: José Raposo.
Modelo: Candela Garrido.