Quince firmas con colecciones y conceptos cerrados. Ese era el menú de una tarde de martes larga pero fluida, donde los volantes no se hicieron pesados y en la que la plataforma de We Love Flamenco para diseñadores o empresas que aún no han dado el salto a lo profesional encuentran su sitio. Un lugar para conocer estilos (o para afianzarlos) en los que vimos de todo: flamenca clásica, otra más innovadora y nombres que, esperemos, en 2025 sean parte de We Love Flamenco junto a otros que todavía tienen que terminar de cocerse. Así vimos cada uno de los pases:

Emilio Alcalá, ‘Elegía’. Su traje blanco visto en la presentación de We Love Flamenco ya anticipaba o creaba expectativas, y el desfile que abrió la tarde de Viva terminó con la misma sensación: aquí hay mucho más que tenemos y queremos ver. Emilio es casi debutante, se notó bastante en la ejecución, pero las ideas están ahí: una flamenca moderna en las formas, pero con guiños clásicos en el estilo (colores, lunares, etc) y un juego de volantes con volúmenes maxi donde no sabemos si es traje de flamenca o de fiesta. ¿Hay dudas? Unas cuantas, pero ver su evolución va a ser muy interesante.

La Parrala, ‘Lucha’. Dos piezas, estampado denim, chaquetillas, blusas, naranja y hasta algún lazo a modo de gargantilla. Un coctel ciertamente de primeros 2000 pero bien traído a los patrones y perfiles más actuales, ya sea el de la flamenca más rancia o la que quiere algo diferente. Es lo que trae una firma que busca vestir a una flamenca cómoda, elegante y que quiere verse guapa sin grandes artificios ya sea en una Feria o en una Romería.

Engalana, ‘Aracne’. Una de las firmas veteranas de Viva by WLF cumplía sus 20 años en la moda con un repaso a los trajes que les reconocemos y les hemos visto en pasarela: faldas con vuelos generosos, escotes cuadrados, mangas de blusa, escotes en V y algunos volantes colocados en los laterales sobre una paleta en las que predominaron los colores más flamencos junto a alguna parte en apastelados.

Volanteo, ‘Resurgir’. Toñi Pulido llegó desde Trebujena con un arsenal de lo que le gusta hacer: kilómetros de organdil, telas con muchísimo brillo (aunque puedan ser tu peores enemigas cuando se acercan a los focos), cadenas a modo de detalle, cuerpos entallados que desafían cualquier pespunte y escotes hechos para un calor que te torras. Ya conocen el dicho: para presumir hay que sufrir, y la flamenca que propone Volanteo está dispuesta a ello para llevarse tu like en instagram.

Aranega, ‘La niña de mis ojos’. Varios años después, regresaba a esta pasarela Aranega y no tardó mucho en situarnos, pues la colección renovaba varias ideas que ya le habían funcionado: camisas o chaquetas conjuntadas con faldas entalladas y de volantes con gran volumen, estilismo cuajado de flores y el negro-blanco de lunares como base junto a detalles en rojo y rosa. Una forma de volver a situarse en la que destacó la facturación a nivel técnico.

Flamenco a la Mexicana, ‘Barro negro’. Tras debutar en esta pasarela en 2023, la firma de la bailaora María Aliaga tiñó toda la colección de negro y fusionó de nuevo las culturas mexicana y flamenca, tomando la artesanía de Oaxaca como inspiración. Todo se tradujo en un desfile bastante complicado y en el que costaba trabajo entrar ya que los diseños quedaban más en tierra de nadie que en un lugar concreto.

Lorena Rodríguez, ‘Fugaz’. De Andújar a Sevilla pasando por Córdoba. Tres ciudades y tres momentos repletos de colores apastelados, estampados florales, lunares salpicando los diseños y una diseñadora que nos recuerda a esas flamencas de la Andalucía interior, que abrazan el costumbrismo de las fiestas de nuestra tierra entre abril y mayo. Lorena imprime siempre una calidez especial en sus propuestas a través de la paleta de color y, para su debut en esta pasarela, se decantó por las mangas voluminosas o los escotes marcados como el patrón que distingue a su flamenca.

Caridad Pastor. Los 2000 están volviendo a la flamenca, lo sabemos. Los últimos 2000 y los primeros 2010 todavía deberían esperar unos años. Los trajes de Caridad Pastor parecían de esa época justo anterior a la explosión de canasteros y plumetti, a esos volantes de los últimos Roney o Nuevo Montecarlo. Y la idea estoy seguro que en unos años se retomará, pero en 2024 queda algo desubicado.

Bella Elvira, ‘Los cuatro pilares’. Procedente de la cantera onubense, y presente en esta pasarela desde el año pasado, Bella Elvira siempre lleva la alegría de los colores, el vuelo de las faldas y los volantes o cortes recorriendo los cuerpos por bandera. Una flamenca vitalista, que invita a primavera, que maneja bien esa fusión de trajes clásicos con ideas nuevas que tanto se hace en Huelva y que nos dejó algunas ideas para mangas muy a tener en cuenta.

Rocío Feria, ‘Mi luz’. Otra de las firmas que debutaba en Viva by WLF, y cuyo diseño en la exposición celebrada en diciembre nos dejó con ganas de descubrirla, era Rocío Feria. Y el resultado tenía su rollo: una propuesta modesta y comercial, hecha con encanto, con colores clásicos y un estampado de azulejo como elemento distintivo que le sentaba muy bien a los volantes. A falta de conocer más, una cosa que si quedó clara: esta firma apuesta por centrar el foco de los diseños, e incluso los volantes, de cintura para arriba.

Nuria Carmona, ‘Loca’. La Reina Juana de Castilla como eje y como guiño a un momento trascendental de la historia de España y de su Granada (presente además en estampados). Un leitmotiv histórico que toma dorados, negros, burdeos y rojos para hacerse flamencos en unos volantes generosos, cuerpos entallados y una diseñadora que hace gala de la sensualidad siempre que puede. Una propuesta que reafirma el perfil que Nuria quiere dar sobre la pasarela aunque, como apunte, diríamos que para 2025 debería empezar a pensar en un cambio casi drástico de los colores a usar.

Antonio Arcos, ‘Mestiza’. Mensaje para Antonio Arcos: el año que viene tienes que pasar a We Love Flamenco. Que una colección de 12 trajes se le queda corta quedó bastante en evidencia. Dividida en dos, el comienzo de blancos y estampados para el Rocío fue de lo mejor que vimos ayer: había ideas, había detalles en las chaquetas y había mucho de la personalidad de su creador. Y supo a poco, ese camino pedía más. Luego vino el ya sabido homenaje al dúo de Dj’s en los que la oscuridad, los encajes, el rojo, los tejidos no flamencos y los sombreros monopolizaron todo e incluso mostraron una visión relajada de la flamenca respecto a lo que acostumbramos en Arcos.

Nuria Moraza. Construir una carrera a partir casi en exclusiva de una prenda es complicado, pero Nuria Moraza ha hecho bandera de las chaquetas toreras y en cada una de ellas logra dar una fantasía, un detalle y un trabajo artesanal que invita a conocer su trabajo (y verlo de cerca). Además para su puesta de largo en Viva by WLF no se quedó en la monotonía de hacer faldas entalladas a juego y también vimos volantes, vestidos o pantalones que, al final, daban conjuntos con mucho colorido y que pueden ser una buena alternativa para irnos al Real.

Ángela Trigo, ‘Jaleo’. El estilismo del desfile daba pistas de por dónde íbamos esta vez. Ángela se remoñeó e hizo lo que le dio la gana. Y el resultado acompañó: a pesar de la dispersión cromática (si bien el fucsia se lleva cierto protagonismo), el tono saturado de todos los colores era el hilo conductor de una colección que jugaba al caos o al jaleo pero que repite la premisa que marca a su creadora: flamencas femeninas, sensuales, seguras de sí mismas y que quieren centrar las miradas.

José Paco Couture, ‘Mi mundo es otro’. María Jiménez sonando y de fondo en la pantalla del desfile. Homenaje que también se va al nombre de la colección y poco más pues la propuesta de negros, blancos y rojos no terminaba de dar la fantasía de la trianera (si es que es era la intención). Un conjunto genérico, de trajes reconocibles que no van más allá de una flamenca comercial y en el que te acabas preguntando quién está detrás de esos volantes.