La semana empezaba en Sevilla pero no en We Love Flamenco con una tarde de lunes que estaba bien cargada de efemérides: una décima edición del concurso de noveles, una década para Eloy Enamorado, una Casa Foronda que viene de celebrar sus 100 años y una pareja de diseñadoras que se estrenaba como profesionales. Con todo, hasta un total de 20 nombres (entre unos y otros) subieron sus volantes en pasarela empezando por quienes llegan y terminando por quienes nos llevan al Camino con la Hermandad del Rocío de Triana. A pesar de lo abultado del número de firmas hay que aplaudir a la familia de Go! Eventos porque fue una tarde muy fluida, en la que todo fue bien de tiempo y sin llegar a hacerse pesado, porque cualquiera que tenga experiencia en pasarelas sabe que dos desfiles colectivos necesitan su momento o dan lugar a contratiempos, y no fue el caso.
¿Qué vimos en cada colección? Pues propuestas variadas, muy en consonancia con los nombres que representan, ciertos guiños a las tendencias actuales en cuanto a tonalidades, materiales o formas, y en el que nos quedó claro que los volantes y los colores pueden adquirir tantas formas como un patrón permite. Veamos como fue cada pase:
Gala de noveles. Ocho jóvenes creadores se jugaban el premio de un concurso que justo iba a dar a conocer a su décima ganadora. Diez años, diez nombres. Una década en la que We Love Flamenco ha dado a conocer grandes nombres del sector y a los que luego hemos visto crecer en esta misma pasarela como profesionales. Ayer había un nombre que apuntaba a ser un gran fichaje para este evento en particular y para la flamenca en general: Carmina Fernández. La diseñadora venía por segunda vez al concurso (tras quedarse a las puertas de ganarlo el año pasado) con una flamenca muy pulida, un trabajo de costura profesional, una elección de colores con referencias a la playa muy bien llevada y unos diseños que dejan claro que hay cuerda para crecer y dar más. Todo estaba en su sitio y despuntaba… para llevarse el premio a la creatividad patrocinado por Flamentex. Un justo reconocimiento a una muy buena colección y que, esperemos, la diseñadora se guarde para ya en 2025 dar el salto a lo profesional.
La ganadora esta vez fue la joven Nazaret Villanueva con un propuesta (imagen sobre estas líneas) de trajes negros, complementos dorados, estilismo de rosas rojas, un bata de cola blanca y algunos lunares. De todo lo que le vimos, lo mejor fueron sus palabras al recibir el premio: ella dijo que ama la moda flamenca, dejó claro que viene a quedarse. Ese sincero entusiasmo convencía más que unos trajes que hemos visto del derecho y del revés en instagram.
Reyes Bohórquez y María Fuentes, ‘Amantes’. Su propuesta en blanco y negro se llevó el primer premio el año pasado en la gala de noveles y ahora les tocaba disfrutar de su desfile como profesionales. Para ello el dúo de diseñadoras siguió una línea similar a lo que vimos en 2023, con una flamenca clásica que busca detalles en las mangas para buscar el punto diferenciador, talles altos que contrastan con otros cuerpos más entallados y una ideas en tendencia pero a las que todavía les falta rodaje para saber realmente cuál es el estilo que quieren consolidar. Visto el desfile destacamos el uso acertado de unos tonos de burdeos o empolvados que no son fáciles de sacar en trajes lisos.
Eloy Enamorado, ‘Madre Mía’. Diez años después de ganar el primer concurso de noveles de la pasarela We Love Flamenco, Eloy volvía a subirse a la misma para celebrarlo y para dejar claro que su flamenca mantiene su esencia… y que sabe leer las tendencias. Porque básicamente en Madre Mía está todo lo que el 2024 nos promete: hay azules, verdes oscuros, negros, marrón e incluso rosas y blancos. Una paleta de colores representativa del presente flamenco que le sentaba muy bien a los trajes de un diseñador sin miedo a la opulencia ni a mostrar que para él más siempre es más (y mejor). No faltaron a la fiesta los estampados de aires italianos, los escotes marcados, los cortes que juegan con la sensualidad o ese aire en general de una mujer que no quiere ni sabe pasar desapercibida.
Foronda y Rafa Díaz, ‘Abril’. Aprovechando el estado de gracia en el que se encuentra el bordado en general y el mantoncillo en particular, la Casa y el Modisto que forman pareja de pasarela desde hace años presentaron el que quizás haya sido el desfile mejor estructurado de todos los que le hemos visto y potenciando más que nunca las posibilidades de un mantón (o de una tela bordada) en la moda, ya sea calle, fiesta, Semana Santa o Feria (flamenca inclusive). Porque ese ‘Abril’ que desfilaba valía para cualquier día de la primavera sevillana a través de vestidos, ponchos, caftanes, blusas o faldas que se aprovechaban de hilos y enrejados para invitarnos a complementar un estilismo tan sevillano como el albero de la feria.
Hermandad del Rocío de Triana. Ocho firmas procedentes de la nómina de hermanos de la primera filial sevillana del Rocío nos llevaron desde la pasarela a cada uno de los momentos del camino: salida, camino, llegada a la aldea, presentación, fin de semana o camino de vuelta. Todo ello representado en batitas, tejidos ligeros, volantitos y lunares. A pesar de ser solo cinco trajes por diseñador, pudimos ver qué proponen cada uno para el 2024, especialmente en colores: Cecilia Alcántara pintó de un rojo especialmente elegante el jolgorio y los ratitos en la aldea, Pablo Vera apuesta por la sobriedad del negro, Yolanda surca el camino de blancos, Paula Abao pone un punto juvenil añadiendo flúor al binomio blanco-negro mientras que Benjamín Redondo sacó unos granates y azules que dejaban con ganas de más. Por su parte Notelodigo, Encarnita López y María Cañadas apostaron por el colorido y por patrones de toda la vida con batitas ligeras, mantoncillo y volantes que siempre sabes que verás por las arenas.
