Decía una copla: «De las de peina y mantón que pocas vamos quedando». La versión actual aplicada a moda flamenca podría decir: «de las que cerramos con una bata de cola el desfile que pocas vamos quedando». O algo así.

La bata de cola debería ser, por definición, por trabajo y por espectacularidad el gran cierre o la inmejorable apertura de un desfile de moda flamenca, ese momento épíco y único que ponga el broche final al trabajo del diseñador o diseñadora. Sin embargo, desde hace unas temporadas, su presencia se está perdiendo cada vez más y es complicado encontrarlas en las pasarelas. ¿Por qué? Hay varios motivos, aunque quizás podrían extraerse tres muy claros:

  • No se venden. Con la excusa del hay que vender, los diseñadores dejan de hacer batas de cola. Que sí, que hay que vender, pero en las pasarelas tenemos que ver moda, espectáculo y funcionalidad a partes iguales. Si la moda flamenca va a estar siempre secuestrada por el sambenito del hay que vender, no llamemos moda a eso que veremos de aquí un mes.
  • Suponen una carga extra de trabajo que todos los talleres o firmas no están dispuestos a asumir. A veces el propio proceso productivo de una colección llega a ser tan agotador que las propias ganas de hacer una bata de cola y dar un buen final a la colección se diluyen con el cansancio de tanto cortar y patronar volantes.
  • El publico no termina de apreciar que, si un traje de flamenca es un artículo de lujo, la bata de cola lo es de superlujo. Una bata bien armada es costosa, su patrón es diferente, toma más metros de tela y, como hemos dicho en el punto anterior, necesita de demasiadas horas. La combinación final termina por elevar un posible precio de venta muy por encima de lo que se estaría dispuesto a pagar. Hay quién todavía ve la bata como un traje con cola pegada…

Tal vez estos motivos sean los que provoquen el desánimo entre los diseñadores o el hecho de que cada veamos menos batas en pasarela, pero como tal todavía existen, y hoy traemos a nuestra sección del moodboard una selección de las batas de cola que nos hemos encontrado esta temporada entre colección y colección:

Uno de los lugares donde más batas de cola se pueden ver son los desfiles de nóveles. Como tal no hay normas que obliguen a incluirlas, pero los tribunales suelen ver con buenos ojos que las jóvenes promesas se enfrenten a esta pieza en los concursos. En el caso de los nóveles de SIMOF de este año ha habido varios ejemplos, como la de Álvaro Baturone (izquierda), la inspiración versallesca de Gil Ortiz (centro) que gustó y mucho entre diseñadores, o la noche estrellada de Van Gogh llevada a volantes de Ángeles Gálvez (derecha).

Especialmente meritorio ha sido el caso de Luis Fernández esta temporada: el que fuese ganador de los nóveles en SIMOF 2016 se plantó con dos grandes (y folclóricas) batas de cola en la que sería su primera colección como profesional. ‘Carmen‘ se abrió con este estilismo en blanco que nos recordaba a las mejores copleras sobre el escenario y finalizó con otra bata de cola negra (que encabeza este post) donde se mantuvo el aire costumbrista de toda su propuesta. Y pocas cosas más flamencas se nos ocurre que plantear un desfile con ese principio y fin.

Juan Boleco tenía ya la partida ganada con su ‘525‘ puesto que la colección tenía una rotundidad y un empaque que ya la hacía especial para esta temporada. Sin embargo el diseñador decidió que el final no se quedaría atrás: una bata de cola hecha con tela de saco que remataba su particular visión de la América colombina y que sorprendió a muchos por saber conjugar el espectáculo con su concepto de colección.

Ventura se fijó en ‘El baúl de la Piquer‘ y Doña Concha tenía una elegancia tan propia, personal y rígida que, la bata de cola que la homenajease, debería estar a la altura. Y así fue: no era la más folclórica pero si recordaba a ese vestuario a medio camino entre el folclore español y los aires de alta costura que gastaron nuestras grandes divas con sus atuendos sobre el escenario.

Siguiendo con los escenarios, Alejandro Santizo apostó por el rojo intenso y por una de las ideas más demandadas por las artistas que salen a cantar con bata de cola: la de poder adaptar el diseño a traje de flamenca convencional. Ese 2×1 existe y, como alternativa, es una de las mejores si se quiere tener una bata de cola (un poco más) vendible sobre la pasarela.

Patricia Bazarot tiene en su haber una de las batas de cola que ahora mismo debería ser una de las más recordadas pero la pasarela y el día no le hicieron justicia (si, la de 2014). Este año volvió a dar ese cierre a su colección con un dos piezas generoso en volantes y en el que la falda de cola tenía un patrón muy en consonancia con lo que podríamos ver en 2018 en otros trajes…

Antonio Gutiérrez intenta siempre que su final en SIMOF sea diferente lleve bata o no. En ‘Strike a Pose‘ si lo hubo y lo acompañó de un gran tocado de plumas, transparencias y lentejuelas. El cierre perfecto a su colección basada en el Voguing y en el descaro de los felices años 20. O 30…

Cristina García también ha intentado que todas sus colecciones se finiquiten con una bata de cola y ‘Mi Dolores‘ no iba a ser menos, aunque con el discurso cambiado: esta vez la cola partía de las mangas de un traje que se presentaba desnudo de volantes en el cuerpo pero con una cascada interminable que partía de los brazos de la modelo. Y sí: nadie como María Calderón (su principal musa sobre la pasarela) para cerrar esta etapa suya en SIMOF.

Finalizamos este primer moodboard con la que puede que haya sido una de las batas de cola que recordaremos de este 2017: cuatro colecciones ha tardado Javier García en decantarse por este cierre para su colección. ‘Mi cielo‘ fue un buen ejercicio de madurez y tal vez la ocasión perfecta del diseñador para sellar su compromiso con la moda flamenca con una sucesión de trajes a las que el azul noche de patrón canastero puso el inmejorable e interesante epílogo.

 

Como vemos, la bata de cola invita a la creatividad, a hacer cosas nuevas solo para pasarela o a homenajear lo mejor de nuestro folclore. Sea como sea, poco finales más acorde se nos ocurren para un desfile de moda flamenca…

¿Nos encontraremos muchas más en 2018?, ¿Te parece que debería ser casi obligada su presencia?,
¿Hay alguna de otros años que te llamase especialmente la atención?, ¡Contadnos!