Cual movimiento cíclico, la décima edición de We Love Flamenco terminó como empezó: en fin de semana, con una tarde repleta de desfiles y en una jornada larga. Seis diseñadores pusieron la guinda al pastel de la prímera década de esta pasarela organizada por Go! Eventos y confirmaron, de paso, que la maquinaria, las firmas y el concepto de We Love Flamenco como cita con la moda flamenca está funcionando muy bien (y no se ha resentido con la pandemia).

Valoraciones generales aparte, el fin de fiesta nos invitó a la Feria con Pitusa Gasul y Rocío Olmedo, a irnos de romería con Mercedes Dobenal y Rocío Márquez, a subirnos al escenario con Paco Prieto y querer que el albero sea tu mejor pasarela con Pablo Retamero y Juanjo Bernal. Y con esas invitaciones queda claro que esta temporada está cumpliendo de sobra con su cometido de reavivar el sector como vimos en cada colección:

Mercedes Dobenal, ‘Mantonera’. La firma cantillanera volvía a la pasarela tras tres años con un homenaje claro a su tierra y a uno de sus oficios más reconocidos: el mantón de manila. Y es que las flamencas de Dobenal este año se visten de flecos, de enrrejaos, de bordados o tiras bordadas, detalles artesanales, y, por supuesto, de mantones que forman parte del traje o lo complementan. Todo ello con su característico estilo personal de talles a la cintura, escotes marcados o mangas al puño que vuelven a pedir su sitio entre las flamencas de romería.

Paco Prieto, ‘De las de peina y volante’. Con la imagen de grandes Reinas de la Copla de fondo, Paco Prieto presentó una colección donde el estilo y el patronaje del diseñador vuelven a ser protagonistas, con volantes que efectivamente suenan a coplera y a escenario, mucho estampado floral (si eres de las que le pone flores a su traje, tienes que ver este desfile) y ese empaque en escotes, faldas y cuerpos que lo mismo te llevan a la Feria que a cantar ‘La Lirio’.

Rocío Márquez, ‘Por tí’. Una de las sorpresas que nos ha dejado este We Love Flamenco. O una de las diseñadoras que puede que haya aprovechado para bien el año de parón. Desde su primera colección hemos visto que la flamenca de Rocío Márquez tenía ideas propias, con esa mezcla interesante entre los cortes setenteros y los detalles de pasacintas o perforados de los años 90, pero lo que podría ser un estilo propio se diluía siempre entre otras ideas que no dejaban verlas bien. Hasta ahora: ‘Por tí’ es una propuesta inspirada en esa romería del Rocío de los 70 que acierta con los blancos, los estampados y los volantes de capa y saca afuera un estilo que, esperemos, se crezca en próximos años.

Pitusa Gasul, ‘Con Solera’. Es curioso cuando menos que una diseñadora con una estética tan marcada como Pitusa siga poniendo sobre la pasarela colecciones donde la frescura no se pierde y en los que, incluso, se te ocurren mil ideas para editoriales de moda. Su costumbrismo añejo bien entendido no solo pisa la pasarela, también nos invita a la Feria con profusión de bordados, pequeños volantitos, colorido de rojos, verdes, azules u ocres, lunares y complementos bien elegidos. Una flamenca de estampa que va directa al Real.

Rocío Olmedo, ‘La Feria vuelve para las Reinas’. Y también van directas al Real las flamencas de Rocío Olmedo que, siguiendo la línea de su propuesta de 2020, se van con todo lo que necesitan a la Feria: lunares, faldas livianas, mantoncillo, abanico, joyas o complementos de Barcena y también mantones de manila o salidas de teatro (un sí rotundo a esto último). Modernismo andaluz en estado puro para una flamenca a medio camino entre los recuerdos a 1929 y a las primeras ferias en los Remedios.

Pablo Retamero & Juanjo Bernal, ‘Gachí’. El cierre de la décima edición corrió a cargo de esta pareja de diseñadores que, edición a edición, han ido descartando ideas más previsibles y optando por hacer más y mejor lo que le gusta (o que mejor les sale). Y Gachí sigue la línea de Meraki o Ragazza en ese sentido: estampados diseñados por y para sus flamencas, ideas clásicas revestidas en colores y cortes juveniles o desenfadados y un juego de lunares, volantes y patrones que están hechos para buscar la foto (y las miradas) en el Real. Un cheff kiss que le pone el broche de oro a esta décima edición y que mantiene la línea ascendente de Pablo y Juanjo.