Comodidad. Es la palabra que mejor define la situación actual de la moda flamenca. El sector se encuentra en plena consolidación de una zona de confort post pandemia en la que todo el mundo parece estar tranquilo en su sitio sin moverse mucho del tiesto. Como muestra la semana larga de pasarela que nos queda por delante y que ayer arrancó con la duodécima edición de We Love Flamenco.

Una tarde de sábado de firmas consolidadas, de nombres que se hacen propio en el Salón Real del Alfonso XIII y cuyos volantes acompañan a la marca de Go Eventos. Todos ellos con ese denominador común de hacer cosas muy en su estilo, muy en su línea. Flamencas bonitas para una clientela que sabe lo que busca y los creadores se lo dan, desde la delicada elegancia de José Hidalgo o Mónica Méndez a la flamencura innata de El Ajolí, pasando por lo particular de Johanna Calderón o la feminidad de Pablo Retamero y Juanjo Bernal. Todo funcionando como un reloj tal como os detallamos colección a colección:

José Hidalgo, ‘Coral’. ‘Es que es siempre lo mismo‘. Pues toma: azul, negro, blanco y corales. José Hidalgo no se despeinó y les puso por delante a quienes lo critican más motivos aún para hacerlo. Y a quienes nos fascina más motivos para seguir así. Al diseñador le gustan ciertos colores, no lo oculta y sus mejores patrones se visten de esos tonos. Es su fetiche. Así se veía en cortes geométricos, lunares maxi, pequeños volantes, flecos para las que echen de menos el mantoncillo, cuerpos entallados, cuello a la caja o corales como complementos. Será lo que llame la atención, pero lo mejor (para un servidor) fue esa combinación de caldera, morado y celeste que solo salió en cuatro trajes pero que se revelaba como lo mejor de un desfile de una de las personalidades más marcadas de la flamenca actual.

El Ajolí, ‘Costumbres‘. Lo diré siempre, ir a un desfile de El Ajolí es como sentarse en una clase a que te den una lección magistral: siempre aprendes. Es disfrutar de la moda flamenca, de recordar de donde venimos y que vamos siempre hacia adelante (¡Venga de frente!), de que hay sitio para una flamenca que se sabe clásica sin caer en lo monótono, que las ideas nuevas casan con lo añejo o que los lunares blancos se visten de cualquier color. De nuevo la casa onubense hace gala de una flamenca que mira a toda Huelva, no solo al Rocío, y se deja querer por cualquier estilo, aportando mucha frescura a unas ‘Costumbres’ muy bien arragaidas. Como dato: los trajes en diferentes tonos de rosa, coral o naranja fueron de lo mejor del pase.

Johanna Calderón, ‘Fernando’. Un grupo de modelos subidas a tarimas recibieron al público que ayer fue al desfile. Fueron los únicos trajes de flamenca en una colección donde costó bastante trabajo encontrar la inspiración flamenca. Sí, esa que, como mínimo, pedimos en una pasarela así. Johanna estaba (o está) ya a otra cosa y el desfile lo reafirmaba: puso a las flamencas antes de empezar, creó expectativas pero luego no llegamos al albero, aún habiendo algunas piezas que de manera aislada sí nos llevaron al pescaíto o a una fiesta aflamencada. Visto en frío, esa exposición previa de modelos improvisada fue un aviso, un ‘observad con detalle a mis flamencas porque puede que sea la última vez que lo hagáis en pasarela‘. El tiempo lo dirá.

Mónica Méndez, ‘Rame’. ‘Teardrop’ de Massive Attack es una de las baladas más elegantes y exquisitas que nos dejó el pop (o el trip hop) británico. Una melodía delicada y un tono de voz inocente que abrió un desfile de trajes de flamencas elegantes y de moda con inspiración flamenca. Un binomio que ya conocemos en la diseñadora alcalareña a través de lunaritos o pequeños volantes que recorrían los cuerpos de las modelos, tanto en hombros como en faldas, reafirmando la identidad de Méndez, apostando esta vez como tono distintivo por el azul, tonos tierra o corales junto a los siempre básicos rojo, blanco y negro. En general fue una propuesta algo sobria (respecto a sus precedentes) que le sentaba como un guante a los cuerpos entallados, escotes cuadrados o al largo midi que ya son marca de la casa.

Cloé – Pablo Retamero y Juanjo Bernal, ‘DUE‘. La primera parte de la extensa colección que la pareja de diseñadores tiene para 2024 fue un cúmulo de las ideas en las que se sienten más cómodos: paleta de color apastelada, lunares mezclados con paisley, azulejos mediterráneos, volumen comedido, bordados a modo de detalle, mangas que buscaban protagonismo o un escote halter a modo de guiño a la voluptuosidad italiana. Como novedad, el juego de lazadas o el uso de piezas en forma de tiras. Todo funcionaba a la perfección, hubo trajes que es de esos que van a la carpeta de guardados, en cada grupo encontrabas un diseño que sabes que quieres ver más y hasta hubo una reivindicación: el celeste puede ser el color más elegante para una flamenca.