Vivimos en el momento del ahora y del ya. Lo queremos todo para ayer. Prisas, ansiedad, no esperar, no conocer ni gestionar los tiempos. También en la moda flamenca: quiero ser diseñador y lo quiero ser YA, quiero mi firma y la quiero en pasarela como sea, quiero en un año lo que a otros les ha costado lustros. Pero la moda flamenca es una carrera de resistencia, no de fuerza, lo hemos dicho siempre y ahí está la hemeroteca con no pocos ejemplos desastrosamente ilustres.

En medio de esa vorágine (o delirios de grandeza mal gestionados) llegamos a un 2024 que para Javier García ha marcado su décimo aniversario en la pasarela pero no en SIMOF: antes de ‘Tangobertura’, el estepeño ya estuvo dos temporadas en la zona de stands. Probó, tanteó, perfiló que quería aportar y esperó el momento oportuno a dar el salto. Fue en 2014: tras un 2013 en el que el viernes de SIMOF estaba casi vacío de desfiles, a Javier García y a Cristina García no les costó mucho trabajo entrar a desfilar de manera compartida en el cierre de jornada. El resto es historia, una historia escrita con letras de oro en la moda flamenca y que ha convertido una tarde en LA tarde de la moda flamenca.

Testigo directo de como los volantes se iban engrandeciendo en su día, a Javier nunca le ha pesado que su colección fuera (casi) siempre la última en salir, quizá porque ha concebido su desfile como aquello que le ha apetecido hacer en cada momento sin terminar de fijarse en las modas e imponiendo sus gustos propios: lo hemos visto capillita, trianero, clásico, mamarracha y hasta conceptual (esto por la colección ‘Mi Cielo’). Ha hecho lo que ha querido siendo él mismo, la clientela se lo ha comprado y cuando ha llegado el momento de celebrar estos primeros diez años lo ha tenido claro: mi celebración, mi gente, mi flamenca.

Mi X Mi‘, sin olvidar los hitos que han dibujado su carrera, no es un recopilatorio al uso de trajes que le han funcionado: es una fiesta, una celebración en la que todas las flamencas están invitadas a dejarse llevar por una colección que se sabe especial de principio a fin. No será un grandes éxitos de volantes, pero la estructura del desfile, cual disco de vinilo, cuenta con una cara A y una cara B o dos ideas que, a lo mejor, contribuyen a entender el éxito de una firma: lo que se debe hacer y lo que se quiere hacer.

La primera parte de la colección es efectismo puro: celeste y rosa pastel, detalles en dorado, estampado floral, faldas generosas en volumen e ideas hechas por/para que te digan que guapa no, lo siguiente guisante. Un debe hacer en el que el diseñador viene a decirnos que sí, que sabe hacerlo, que puede hacerlo y que como muestra varios botones, los saca en el inicio, les da su tiempo y cuando acaba ese comienzo llegamos a lo verdaderamente interesante, a lo que quiere hacer, a la flamenca que habla de Javier García, a lo que le define en moda.

Tirando un poco de hemeroteca es fácil notar que el verde y el azul (o la unión de ambos en tonalidades esmeralda) son los colores fetiche de García y en ‘Mi X Mi’ se presentan en versiones que añaden el toque de gala: verde Andalucía y azul Real. Ahí está la gracia del desfile, ahí es donde los patrones geométricos, los guiños a la sastrería, los cortes rectos, drapeados, tejido brocado, detalles (y estampados) florales o la flamenca de aires festivos se crecen. También es la parte donde se suman las mangas abuyonadas o los canasteros que casi nunca le han faltado en pasarela. Todo eso es lo interesante y lo personal, es la visión de un diseñador que siempre ha jugado con formas reconocibles en sus trajes pero siempre añadiendo ese algo más que termina por llevarse la flamenca a su terreno y que ha hecho que su estilo no se quede a medias: o te gusta o no te gusta.

Para su suerte, la trayectoria de Javier García ha sido un crecimiento constante y sin carreritas donde él mismo ha pasado de secundario a protagonista a través de un camino donde no le ha faltado compañía de clientas, modelos, compañeros, familiares o amigos. Todos han hecho que haya llegado hasta este aniversario y en la celebración hubo volantes, flores, confetti, dorados y un mensaje en el ambiente tan folclórico como flamenco: ahora me ha tocao a mí.

Puedes contactar al diseñador a través de instagram.