Liso, lunares o estampados (también todos ellos a la vez). Las diferentes combinaciones que nos dan los tejidos nos permitirían ver tantos trajes de flamenca diferentes como mujeres van a la feria, si bien en nuestro repaso a lo que podríamos ver en una semana en el Real vamos a centrarnos hoy únicamente en la última opción.

El estampado se ha convertido en los últimos años en uno de los mejores aliados del diseño flamenco: permite personalizar, crear temáticas o dar rienda suelta a la creatividad, dejando para las agujas y patrones el aire más clásico del traje. Es un juego de equilibrios que a veces, si la hechura aporta, impresiona y otras, directamente «es lo que te hace el traje«. Además, pone de acuerdo a casi todas: los hay para las más clásicas y para las más atrevidas.

Sea cual sea tu estilo, habrá uno que te sea acorde, y como hoy estamos con los repasos de trajes para ir a la Feria, aquí os dejamos 24 trajes y 6 formas diferentes de llevarlo.

El estampado como identidad de firma. La proliferación, o más bien la normalización, del estampado y del diseño gráfico en tejidos realizados por las diferentes empresas textiles de manera exclusiva (o bajo encargo) ha favorecido que en las últimas temporadas varias firmas dediquen parte de su trabajo a crear los motivos, colores o imágenes que centrarán sus trajes. Lo gráfico como elemento esencial del diseño más allá del patrón. De los diseñadores que cada año vemos en pasarela hay varios que han hecho del estampado una línea casi definitoria de su flamenca. Es lo que ocurre con Pablo Retamero y Juanjo Bernal, que suelen alternar lunares, paisley, formas geométricas e inspiración de la cultura mediterránea, todo ello presente en su colección ‘DUE’ y en este diseño en azul y blanco. También inspirado en la riqueza patrimonial de su tierra hemos visto de nuevo a Antonio Gutiérrez, fusionando simbología de las tres culturas con escenas costumbristas que se ven cual postal en volantes o cuerpos. Verónica de la Vega utiliza dos de sus grandes bazas, el flúor y el dorado, junto al animal print, cadenas o un aire de moda de los años 90 que se acomoda muy bien al carácter de su flamenca. Por último, y casi obligado hablar de ellos en estampados, Rosa Pedroche y sus rosas rojas de gran tamaño que hacen a su flamenca muy reconocible y que, hemos de decir, le sienta bien el fondo en turquesa.

Un estampado para definir una colección. O un décimo aniversario. Tanto Javier García (verde) como Pilar Rubio (rojo) celebraban este 2024 una década sobre la pasarela de SIMOF y para la ocasión presentaron varios diseños que tenían como hilo en común un estampado floral del mismo diseño en diferentes colores. Más pequeñas en el caso de Javier y más grandes (sobre fondo blanco) en el caso de Rubio, en ambos desfiles se pusieron sobre trajes muy en la línea de estos dos creadores. Rocío Feria debutaba en Viva by WLF y para marcar a su flamenca sacó varios diseños en estampado blanco y negro que permiten recordarla fácilmente. Un ejemplo muy ad hoc fue el de Flor de Cerezo: si su colección bebía del imaginario modernista de Antonio Gaudí, la diseñadora llevó directamente el colorido y sus vidrieras a los trajes a través del estampado.

Flores (y en tejido liviano). Gasas, crespón, georgettes, seda o incluso tul. Los tejido con movimiento, caída, frescos y/o fluidos dan mucho juego a los estampados, y con flores más aún. Bien lo saben las firmas y este año lo hemos visto en Manuela Macías, cuya colección es precisamente una oda a las faldas con vuelo (se llama ‘Al Aire’) y en la que no faltó estampado floral. Sobre fondo verde, y en dos piezas que salen casi siempre en sus últimas propuestas, lo llevó Lina. Con aires campestres, y un estilo también para eventos de aire flamenco salió en el desfile de Manuel Odriozola. Por su parte Ismael Domínguez tomó uno de los colores de la temporada (coral) para una flamenca floral y muy elegante.

Estampados y sin mangas. Si observáis este post en conjunto os daréis cuenta que muchos de los trajes van sin mangas, en manga corta o en manga fluida (húngara u holgada). Puede ser que los estampados sean para el verano, o puede ser que se adapten mejor a diseños de aire casi estival, pero lo cierto es que se lucen muy bien así y (en algunos casos) ayudan a que no haya saturación visual de colorido/dibujos. Sin mangas y con faldas generosas lo presentaron Juan Manolo (cuadros de vichy) o Eloy Enamorado (estampado verde). Con cierto aire a los juegos florales y a los colores que arrasaron en los primeros 2000 lo traía Luis Fernández mientras que Sergy&Tapiju no tuvieron reparos en saturar de tonalidades el diseño de estampado que marcó su colección 2024.

Texturas estampadas. En ocasiones la técnica del estampado no se limita únicamente a la impresión de tejido, sino que la combinación de materiales o de texturas puede ser lo que dé forma al propio estampado. Sara Sanabria lo aplica en una vistosa trama bordada sobre fondo azul, Alejandro Andana superponiendo un perforado rosa de flores sobre fondo blanco, Rocío Peralta opta por un estampado floral que lleva unas líneas verticales transparentes con brillo mientras que Carmina Fernández realizó ella misma el estampado de rallas de su colección poniendo lazo azul sobre el tejido principal.

Estampa clásica. Como alternativa al lunar (el estampado por antonomasia al que dedicaremos su propio recopilatorio) y en unas verdaderas hechuras de flamenca de toda la vida, o más bien propias de la Feria de Sevilla. Bien lo sabe Delia Núñez que siempre combina diferentes estampados florales (y colores) en un mismo traje. Siguiendo las tendencias actuales (dos volantes de capa, organdil, mantoncillo y volantes al hombro) la propuesta de Hermanas Serrano. Luisa Pérez lo incluye en flores blancas y en un color (entre mostaza y albero) que quedará muy bien en el entorno de una caseta. Por último, como alternativa a las flores y en un diseño con formas geométricas, destacamos a la flamenca de Alonso Cozar.